WASHINGTON.- La aseguradora estadounidense AIG pagará al Gobierno estadounidense los 182.000 millones de dólares (120.000 millones de euros) que recibió en ayudas para evitar su quiebra en un periodo de tres a cinco años si la economía lo permite, según explicó hoy su consejero delegado, Edward Liddy, en una comisión de supervisión del Congreso estadounidense.
"Si el mercado evoluciona en la misma tónica que ahora, creemos que los contribuyentes norteamericanos serán pagados en su totalidad", aclaró Liddy, un proceso que podría tomar "entre tres y cinco años", precisó, aclarando que depende en gran parte "de lo que ocurra en la situación económica mundial".
Durante su discurso ante la Cámara Baja, el ejecutivo reiteró el compromiso de la aseguradora de "que no se repitan los errores del pasado" y de acometer la reestructuración de la compañía de manera apropiada y responsable, aunque reiteró que mucho depende "de la rapidez y la solidez con la que la economía global se recupere".
Además, aseguró que el plan de reestructuración ha sido diseñado especialmente "para evitar desinversiones en activos a precio de saldo". "Intentaremos lograr el máximo valor posible de cada desinversión y que cada compañía que emerja de la reestructuración sea fuerte y transparente", aseveró.
Esta misma semana, AIG anunció la venta de su principal edificio en Tokio por 1.200 millones de dólares (883 millones de euros) a la entidad nipona Nippon Life Insurance Company.
Liddy destacó que se han realizado sustanciales progresos en la reestructuración del negocio en cuatro áreas clave, la primera de ellas, la reducción, aunque no eliminación "de los riesgos sistémicos que AIG presenta para el sistema financiero global".
La aseguradora dice que también sigue vendiendo activos y negocios "a pesar de las adversas condiciones de los mercados financieros globales" y que ha estabilizado su liquidez de manera que ya no necesita apoyo más allá de lo que autorizó el Gobierno en su momento.
RECORTES DE LOS ACTIVOS DE RIESGO
Por último, Liddy recalcó que se están reestructurando negocios de manera que se eviten en el futuro las posibles pérdidas que puedan plantear.
"Hemos reducido las posiciones de riesgo en los productos financieros desde 44.000 a 27.000, y hemos recortado la exposición teórica desde 2,7 billones de dólares hasta 1,5 billones de dólares en la actualidad", subrayó el ejecutivo.
"Necesitamos su ayuda para conseguir reestructurar AIG de manera exitosa", dijo Liddy, quien subrayó que, aunque los empleados de la aseguradora puedan cometer errores "las críticas injustificadas sólo sirven para disminuir el valor de nuestro negocio en todo el mundo", explicó, recordando que esto perjudica a todos los accionistas de la compañía "incluidos los contribuyentes, que poseen cerca del 80% de AIG".
La aseguradora estadounidense fue el blanco de duras críticas hace unos meses cuando se conoció que el año pasado había pagado millones de dólares a sus ejecutivos de la filial de productos financieros en concepto de primas, muchos de los cuales las devolvieron más tarde ante el malestar e indignación de la Casa Blanca y del Congreso.
El grupo se encuentra en pleno proceso de reestructuración tras haber sido rescatada 'in extremis' de la quiebra el pasado mes de septiembre por el Gobierno estadounidense, que ha inyectado en la aseguradora 182.000 millones de dólares.
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