Redacción Internacional.- Tras más de 40 años en cómics, libros, cine o televisión, la saga de Star Trek se ha sometido a una profunda cura de rejuvenecimiento cuyo resultado es una nueva aventura, espectacular y apabullante, con la que tratará de conquistar nuevos seguidores y mantener los antiguos.
Y, sobre todo, quedarse otros 40 años entre nosotros.
El undécimo largometraje ha elegido el sistema de "Star Wars" y nos ofrece una precuela que cuenta los orígenes de la amistad de los protagonistas del grupo, a los que incluso nos muestra en su niñez.
Una forma fácil y efectiva para que sus personajes recuperen la juventud perdida con las caras de nuevos actores, salidos en su mayoría de éxitos televisivos estadounidenses.
Origen igualmente del director de la película, el famoso J.J.Abrams, creador de éxitos televisivos como "Alias" o "Lost" y que en "Star Trek" ha logrado un producto tan espectacular, frenético y entretenido como suele.
Con impresionantes efectos especiales -todos ellos digitales y con un trabajo detrás de entre 400 y 500 personas durante más de seis meses- Abrams ha logrado una película ambiciosa para atraer a nuevos aspirantes a trekkies -los célebres seguidores de la saga- de entre un público joven poco dado a sentimentalismos.
Chris Pine (conocido por la serie "Just my luck") y Zachary Quinto ("Heroes") sustituyen a los legendarios William Shatner y Leonard Nimoy como James T. Kirk y capitán Spock, respectivamente, y logran solventar la papeleta con nota.
El problema está en si los trekkies, adoradores de la tradicional saga que surgió en televisión en 1966, aceptarán que sus héroes tengan otras caras, que las historia haya perdido parte de su inocencia y que los efectos especiales hayan tomado el protagonismo por encima del lado filosófico que ha dominado desde su origen.
Para contentarlos, Abrams logró convencer a Leonard Nimoy, de 78 años y retirado desde hace tiempo de la primera línea del cine, para colaborar en esta película, con una breve pero importante participación que sirve de nexo unión entre el pasado y el futuro de la historia y de la saga.
Pero fanatismos aparte, "Star Trek" es un estupendo y divertido producto de entretenimiento, rodado con un ritmo vertiginoso, con una música de Michael Giacchino que subraya de forma acertada la acción y unos actores que se creen unos papeles tan fantasiosos e irreales como difíciles de asumir.
Todo ello, para una historia sin grandes complicaciones, en la que los héroes se enfrentan a un grupo de "romulanos" que quieren destruir todos los planetas, pero que se encontrarán en frente a un impetuoso Kirk y a un juicioso Spock a bordo de la legendaria "Enterprise".
Además de Pine, Quinto y Nimoy, el film cuenta con Eric Bana, como el malo de la historia, con una fantástica caracterización bajo la cual apenas se le reconoce, o Winona Ryder, que aparece en una par de escenas para interpretar nada menos que a la madre de Spock.
Una producción de 150 millones de dólares que se estrena esta semana en todo el mundo y que se espera sea una gran éxito que permita rodar las dos secuelas por las que ya han firmado los miembros del reparto.
Alicia García de Francisco
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.