Washington.- Un hospital estadounidense de Cleveland (Ohio) presentó hoy a Connie Culp, la paciente que recibió el pasado diciembre un trasplante del 80 por ciento de su rostro, ya que, según contó la propia paciente en rueda de prensa, su marido le disparó en la cara tras una discusión hace cinco años.
El disparo le causó la pérdida de un ojo y la nariz, además de destrozarle las mejillas, la mandíbula y el labio superior.
Después de más de 30 operaciones fallidas y de haber agotado los medios convencionales de cirugía, un equipo multidisciplinar de médicos de la Cleveland Clinic, encabezado por la doctora Maria Siemionow, realizó el trasplante facial el pasado mes de diciembre.
Hasta ahora, se había mantenido en secreto la identidad de la paciente, así como el motivo de las heridas que llevó a los médicos a admitir su caso para realizar la intervención.
La paciente no podía comer alimentos sólidos ni beber de un vaso, no tenía ni gusto ni olfato y respiraba a través de un orificio en la tráquea.
En la operación, que duró 22 horas, fueron reconstruidos partes de los huesos del rostro y recibió la cara de una donante, cuya identidad ha permanecido en el anonimato.
La mujer habló por primera vez en una rueda de prensa en la que pidió a la gente que no se rían de aquellos cuya apariencia es diferente.
"Cuando alguien tiene una desfiguración o no es tan guapo como tú, no le juzgues", dijo Culp, quien ha sufrido estas reacciones durante años cuando salía a la calle.
"Creo que soy la persona a la que vinieron a ver hoy", bromeó la mujer de 46 años y madre de dos hijos, quien dio las gracias a sus médicos y a la familia de la donante, "que han hecho posible que tenga el rostro de esta persona".
Culp ha permanecido en la zona de Cleveland después de haber sido dada de alta porque tiene que ser evaluada y seguir un tratamiento, aunque, según dijo la doctora Siemionow, "está haciendo grandes progresos".
Su expresión todavía es algo estática pero puede hablar, mover la boca, oler y degustar la comida de nuevo.
Sus médicos esperan que con rehabilitación y fisioterapia para reactivar sus músculos faciales mejorará en un plazo de seis meses e incluso podría sonreír.
Como con cualquier otro trasplante, la paciente tendrá que acudir mensualmente a revisión y los médicos vigilarán su evolución por si su cuerpo manifestara algún tipo de rechazo al injerto.
No obstante, se le harán más operaciones en el futuro ya que los médicos han implantado más tejido del necesario previendo que el cuerpo pueda rechazar partes y será sometida a una serie de operaciones estéticas.
Durante la rueda de prensa, en la que participaron algunos de los médicos que intervinieron en la operación, mostraron un retrato robot de cómo quedará el rostro de Culp después del proceso, que todavía durará un par de años.
Este tipo de operaciones suelen ser controvertidas por el peligro que corren sus pacientes, tanto físico, puesto que su cuerpo puede rechazar el implante, como psicológico.
Pero, según el doctor Eric Kodish, director del departamento de bioética de la Clínica, "esta no es una operación de cosmética en el sentido estricto de la palabra".
El marido de Culp, que también se disparó tras la discusión, sobrevivió con heridas menores y está en prisión cumpliendo una condena de siete años de cárcel.
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