Salvador Escorcia trabaja en el Hospital ABC, uno de los más elitistas de la capital mexicana, donde hay que pagar entre 1.200 y 1.500 pesos (de 66 a 82 euros) por cada consulta. Este importante desembolso (sobre todo si tenemos en cuenta que el ingreso nacional bruto per cápita en México es menos de la mitad que en España) no ha persuadido a un buen número de mexicanos de acudir al centro hospitalario: "Ha habido un aumento de personas que buscan diagnóstico", sentencia el doctor Escorcia.
Hasta el momento, de todas las consultas, los médicos del hospital privado han confirmado dos casos de gripe porcina. En uno de ellos, la persona afectada ha fallecido (de 55 años), mientras que en el otro, el paciente evoluciona favorablemente (de 30 años). Mientras, la mayoría de las personas que han acudido al centro son enviados de vuelta a casa, ya que no presentan los síntomas de la gripe porcina.
Según las palabras de Salvador Escorcia, la receta más útil para prevenir los contagios es disponer de buena información. Por ejemplo, no es recomendable acudir a los centros hospitalarios si uno no tiene la certeza de estar sufriendo esta gripe, ya que en los centros de salud se multiplica el riesgo de contagio, debido al posible contacto con personas infectadas. Sin embargo, "la gente acude a las consultas al sentir una simple variación de temperatura", asegura el doctor.
En este sentido, resulta esencial que los ciudadanos conozcan las diferencias entre los síntomas de la gripe porcina y de la gripe común, ya que puede evitar visitas innecesarias a los hospitales. Estas diferencias pueden leerse, por ejemplo, en una página web que ha dispuesto el Gobierno mexicano.
Al tratarse de un hospital privado, la gente que visita sus instalaciones suele poseer un estatus elevado y, por tanto, suele tener acceso a un mayor volumen de información. Sin embargo, este hecho no impide que el pánico esté ganando la partida a la información, a juzgar por las palabras de Escorcia. Si esto ocurre en un centro bastante elitista, donde la gente maneja buena información y tiene que dejarse un buen pellizco de pesos, ¿qué estará ocurriendo en los hospitales más modestos?
Encontramos la respuesta en ASBIS, una asociación situada en Nezahualcoyotl, una de las zonas más deprimidas de la zona metropolitana de la capital mexicana, en la que prestan servicios sanitarios un total de 42 profesionales y voluntarios. Su presidenta, la doctora Verónica Rocha dibuja un panorama muy similar al del mencionado hospital privado. En su clínica, en la que no se cobra dinero por las consultas, también han percibido un incremento del nerviosismo y del número de personas que creen estar contagiadas por la enfermedad.
En el hipotético caso de que un cliente presente los severos síntomas que acompañan a la gripe porcina, los trabajadores de la clínica derivan a los pacientes a alguno de los hospitales de la zona. Según la doctora Rocha, en los centros hospitalarios de Nezahualcoyotl se ha disparado el número de consultas. "Se ha incrementado hasta en un 100%, como en el caso del Hospital Gustavo Baz Prada", situado en esa misma región de la ciudad.
Del elevado número de personas que ha visitado dicho centro hay nueve personas que presentan síntomas que encajan con la enfermedad y que ya se encuentran internadas y aisladas, según asegura la doctora. Así, Verónica Rocha confirma el diagnóstico de Salvador Escorcia: "Aunque la radio y la televisión informan continuamente de que no hay que visitar los hospitales si no es estrictamente necesario, la gente se está dejando vencer por el miedo, y pide consulta aunque se trate de una amigdalitis o de un poco de tos".
Además, en una zona como Nezahualcoyotl existen algunos problemas añadidos, como es la falta de información (ya que la gente tiene un acceso menor a ésta), o las menores condiciones de higiene que existen en la zona, las cuales podrían facilitar el contagio. Además, la gente más desfavorecida y sin trabajo, según nos cuenta la doctora, está teniendo determinados problemas para acceder a las consultas de algunos hospitales, ya que no todos admiten a quienes no poseen el seguro de los trabajadores, y por tanto no tienen la condición de derechohabientes.
De este modo, las personas sin seguro no pueden dirigirse libremente a todos los hospitales, aunque también es cierto que hay otros centros en los que no se requiere dicho seguro. Así pues, las personas con menos recursos, si bien no pueden dirigirse a cualquier centro hospitalario, lo cierto es que están siendo atendidos en los hospitales de la secretaría de salud, de modo que ningún ciudadano se está quedando completamente al margen de los servicios sanitarios, según especifica la doctora.
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