MADRID.- "El Gobierno mantendrá los 1.100 millones de financiación para RTVE", ha salido al quite rápidamente la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en la propia TVE. Que nadie se ponga nervioso con la reducción de publicidad. La vicepresidenta defiende "un sistema que no grave ni los presupuestos ni a los ciudadanos".
Más, le faltó decir, después de los 500 millones de subvención en 2008 para RTVE y los 555 de este año. Por no contar el total de 1.260 millones que las administraciones estatales, autonómicas y municipales dedicaron a la televisión el año pasado.
¿De verdad son necesarios 1.100 millones para financiar la televisión estatal?
El problema es qué queremos como servicio público de radiotelevisión. Cómo se financia en la era digital y sólo después cuánto se necesita para prestar un servicio de calidad. El mercado de la televisión en España superó los cinco mil millones de euros en 2007 y los 6.500 millones en 2008, según los datos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. No parece que haga falta más dinero para hacer la misma televisión, salga de un canon, de los impuestos o de una cuota de las televisiones comerciales.
La vicepresidenta respondió a la pregunta de un trabajador de RTVE que "a nadie se le oculta que viene una transición a lo digital, lo que nos llevará a trabajar de una forma diferente".
En Gran Bretaña, la BBC, modelo de tantas televisiones públicas, ya tiene la obligación de construir un futuro digital en todas las plataformas. Las autoridades estudian emplear el dividendo digital en crear servicios y redes superrápidas de banda ancha cuando en España las frecuencias libres por el apagón analógico lo vuelven a devorar las televisiones en contra de las recomendaciones de los organismos internacionales.
¿Por qué no pensar el presente digital en la era de la convergencia en lugar de correr en reducir minuto a minuto la publicidad de TVE y en regular a golpe de demanda cada paso de la TDT? ¿No se hizo para eso lareforma de RTVE?
Deberíamos ser capaces de definir un servicio público audiovisual con contenidos para todas las pantallas, de la televisión a los móviles, sin replicar el modelo comercial actual, como ya se contempla en la directiva comunitaria de Televisión sin Fronteras.
Contenidos para ensanchar el dominio público y el patrimonio audiovisual, sufragados para que no se comercialicen con los mismos criterios que las cadenas privadas.
Un servicio público de radiodifusión abierto, participativo, que permita la cultura libre, la remezcla y el uso de los contenidos pagados con los impuestos de los ciudadanos.
Que se adecúe a los cambios en la televisión identificados los últimos años y acelerados en los dos últimos.
El cine español, ese gran castigado por las descargas, según la ministra González-Sinde, va a recibir 80 millones de euros en 2009. ¿Cuánta producción audiovisual pública se puede hacer con los 1.200 millones de subvenciones a las televisiones? El Plan Avanza 2 va a dedicar 201 millones de euros a los contenidos digitales en subvenciones y destinará otros 462 millones a créditos. Además de otros 75 millones para la infraestructura de TDT.
En la era de la convergencia los 500 millones de dinero público para RTVE y los otros 700 del resto de las administraciones deberían servir para algo más que volver a recuperar el liderazgo de audiencia y mantener un telestado del bienestar demasiado politizado.
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