Los puntos polémicos de una cumbre fracasada sobre el racismo

La conferencia contra el racismo organizada por Naciones Unidas en Ginebra ha derivado en un conflicto diplomático, después de que varios países anunciaran su ausencia tachando el documento final de "antisemita". El Gobierno israelí ha llegado a llamar a consultas a su embajador en Suiza por el encuentro que mantuvo el presidente de ese país y de Irán. Además, Ahmadineyad ha sido abucheado durante su intervención y varios delegados — entre los que se encontraba el embajador español ante la ONU, Javier Garrigues— han abandonado la sala.

Las conclusiones pactadas el pasado viernes entre los países asistentes a este encuentro —que tiene por objeto analizar las causas y consecuencias del racismo— siguen sin gustar a Estados Unidos e Israel. Según los ausentes, el documento final utiliza un lenguaje que no pueden apoyar, y que califican de "antisemita". Ambos países ya abandonaron en 2001 la conferencia de Durban (Sudáfrica) porque en su Declaración se vinculaba directamente el sionismo con el racismo.

La sección 1del documento —en el apartado Oriente Medio, puntos del 30 al 34— incluye los párrafos que han suscitado la polémica y que reproducimos a continuación:

• Señala su profunda preocupación en torno a las prácticas de discriminación racial contra la población palestina y otros habitantes de territorios árabes ocupados, que afectan a su existencia diaria e impiden el disfrute de derechos fundamentales, reiterando la petición del fin de dichas prácticas.
• Reitera que el pueblo palestino tiene el derecho inalienable a la autodeterminación y que para consolidar la ocupación israelí, ha sido sometido a un castigo colectivo ilegal, tortura, bloqueo económico, fuerte restricción de movimiento y cierre arbitrario de su territorio. También señala que continúan construyéndose asentamientos ilegales en su territorio.
• Reafirma que una ocupación extranjera basada en asentamientos, leyes de discriminación racial y bloqueo militar que aisla ciudades entre sí, contradice los principios de la Carta de Naciones Unidas y constituye una violación de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, una forma contemporánea de apartheid y una amenaza a la paz y seguridad mundiales.
• Expresa honda preocupación respecto a la petición de los refugiados palestinos que fueron expulsados de sus hogares en función de una ley de retorno de base racial. Reconoce el derecho al retorno de los refugiados como establece la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 194.
• Enfatiza la responsabilidad de la comunidad internacional a la hora de proveer protección adecuada respecto al racismo, la discriminación y la intolerancia para la población palestina que vive bajo ocupación de modo acorde con el derecho internacional humanitario y los derechos humanos.

A las protestas de los países ausentes se han sumado en los últimos días otros países, como Alemania, Australia, Canadá, Italia, Holanda, Polonia y Nueva Zelanda. Estas ausencias han sido criticadas por varias ONG, entre ellas Human Rights Watch, la Federación Internacional para los Derechos Humanos y la Confederación Internacional de Sindicatos. Mientras, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, las "lamentó profundamente".

La incómoda presencia de Ahmadineyad

Además del documento de conclusiones, a muchos de los países que han decidido boicotear el encuentro, incluso a algunos de los presentes —como Francia—, les incomoda la asistencia del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien en los últimos años ha reiterado sus argumentos 'negacionistas' del Holocausto, así como sus amenazas de acabar con el estado de Israel. Por ello, y después de que ayer mantuviera un encuentro con el presidente suizo, Hans-Rdolf Merz, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha mandado a consultas a su embajador en el país alpino.

Por eso, no ha sorprendido que durante la conferencia que estaba ofreciendo el presidente iraní varios delegados decidieran levantarse y abandonar la sala, después de que Ahmadineyad aprovechara su posición para arremeter contra Israel y de acusar a Occidente de dejar "a toda una nación sin hogar bajo el pretexto del sufrimiento judío", en referencia a los palestinos, con el fin de "establecer un gobierno totalmente racista". La audiencia se ha dividido entre los que han roto en aplausos tras las palabras del iraní y los que lo han abucheado.

"Nosotros, como el resto de embajadores, hemos seguido la consigna de la presidencia (checa) de la Unión, que era que en el momento que escuchásemos comentarios no aceptables para Europa abandonaríamos la sala. El presidente ha hablado de un estado racista (en referencia a Israel) y por eso nos hemos ido', explicó en declaraciones a Efe el embajador español ante la ONU, Javier Garrigues.

Los ánimos venían calentándose desde antes. Esta mañana, Netanyahu reiteraba que "no todos han aprendido la lección" del Holocausto. "Mientras nosotros recordamos a los seis millones de judíos exterminados, una conferencia supuestamente convocada en contra del racismo se celebra en Suiza. El invitado de honor es un racista 'negacionista' que no oculta su intención de borrar a Israel de la faz de la Tierra", ha añadido. La conferencia de la ONU sobre racismo coincide con el Día de Recuerdo del Holocausto, fecha dedicada a rememorar el asesinato de judíos por parte del régimen nazi.