Puerto España.- El bloqueo de Estados Unidos a Cuba y su exclusión del sistema interamericano irrumpieron hoy de lleno en la apertura de la V Cumbre de las Américas con reiteradas peticiones para que Washington levante las sanciones a la isla.
A pesar de las críticas a EE.UU. por el aislamiento de Cuba, la cita comenzó con gestos de gran significado político por los cordiales saludos de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Nicaragua, Daniel Ortega, con su homólogo estadounidense, Barack Obama, quien ofreció en su discurso "un nuevo comienzo" en las relaciones con La Habana.
"No estoy interesado en hablar por hablar. Pero creo que podemos llevar la relación entre Estados Unidos y Cuba en una nueva dirección", sostuvo el mandatario, quien admitió que será "un largo camino el que debe recorrerse para superar décadas de desconfianza, pero hay pasos clave que podemos dar hacia un nuevo día".
La cuestión cubana, que está llamada a ser el gran tema de debate en la reunión iniciada hoy en la capital de Trinidad y Tobago, acaparó desde el inicio la atención de los jefes de Estado o de Gobierno de los 34 países participantes.
La gobernante argentina, Cristina Fernández, que fue la primera en intervenir por haber sido su país el anfitrión de la anterior cita continental, celebrada en 2005, pidió sin mayores preámbulos a Obama el levantamiento del embargo que pesa sobre Cuba desde 1962.
Tras referirse a los cambios del mundo desde 2005 hasta hoy, entre los que destacó la elección de Obama como presidente, Fernández fue directa al grano.
"Debemos dar cuenta de esas transformaciones, de esa supresión de la lógica de un mundo bipolar, del anacronismo que significa el bloqueo a la hermana república de Cuba y pedir su levantamiento", manifestó.
La presidenta reconoció el esfuerzo de Obama por suavizar las sanciones a Cuba, anunciadas esta semana, pero insistió en que es hora de "construir un nuevo orden regional" en el que las relaciones no se basen en la "subordinación", sino en la "colaboración y la cooperación".
Hacia el mismo blanco enfiló sus baterías Ortega, quien dijo sentir "vergüenza" por estar en un cónclave en el que no participan ni Cuba ni Puerto Rico.
"No me siento cómodo en esta cumbre, siento vergüenza de estar participando en esta cumbre (que), me niego a llamarla cumbre de las Américas", señaló el jefe de Estado nicaragüense, que habló durante 51 minutos en nombre de los países centroamericanos.
Cuba está suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde 1962, mientras que Puerto Rico es un estado libre y asociado de Estados Unidos, pero, según Ortega, "está sometido a las políticas colonialistas" de Washington.
En su defensa de Cuba, "cuyo delito es luchar por la soberanía de los pueblos y prestar solidaridad sin condiciones", dijo que a la isla "se le sanciona, se le castiga y se le excluye".
Tanto Fernández como Ortega criticaron también el modelo capitalista, al que culparon de la crisis mundial y el mandatario nicaragüense recriminó además a EE.UU. por usar mano de obra de inmigrantes centroamericanos, "pero cuando esa mano de obra va más allá de las demandas, entonces vienen las políticas represivas".
Sin embargo, antes de la sesión inaugural, el gobernante de Nicaragua saludó con un apretón de manos a Obama.
"Me respondió en español y yo le dije palabritas en inglés. Es el cuarto (presidente de EE.UU.) con el que me encuentro", detalló el nicaragüense.
Chávez, que no habló en la inauguración, también saludó con cordialidad a Obama, a quien manifestó su deseo de forjar una amistad.
"Con esta misma mano hace ocho años yo saludé a (George W.) Bush. Quiero ser tu amigo", le dijo Chávez al mandatario estadounidense, según un comunicado difundido por el Gobierno de Venezuela.
En días previos el jefe de Estado venezolano había anunciado que estaba preparando "la artillería" con otros países de la región para protestar por la exclusión de Cuba de ese tipo de reuniones y por el bloqueo comercial, pero a su llegada a Puerto España anunció su "buena disposición" para inaugurar "una nueva era" en el continente.
En la apertura también intervinieron el primer ministro de Belice, Dean Barrow, en nombre de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), y el de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, en su condición de anfitrión.
Ambos reclamaron igualmente el fin del embargo y expresaron la necesidad de reformar el sistema financiero internacional para hacer frente a la crisis.
El acto inaugural comenzó con la entrada uno a uno de los gobernantes participantes, precedidos por su respectiva bandera portada por cadetes trinitenses a paso marcial y terminó con un colorido y vistoso espectáculo de música y danza caribeña.
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