El esperpéntico episodio vivido ayer en la Asamblea de Madrid es analizado hoy en la afilada sección de 'El acento' del diario El País. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Agurrie, volvió a mostrar su viejo estilo de "aquí mando yo".
Contraviniendo una decisión de la Junta de Portavoces de la Cámara, que prohibía el consumo de agua desde los escaños para no perjudicar el sistema electrónico durante las votaciones, la 'lideresa' decidió saltarse a la torera la medida y, en plan rebelde, entró con una botella de agua y se sentó en su escaño, actitud que congeló el gesto de la presidenta de la Asamblea y compañera de filas, Elvira Rodríguez, y desató las carcajadas de diputados de la oposición.
Después de defender a capa y espada la decisión, sobre todo en respuesta a las quejas de la bancada socialista —que sí se habían opuesto en la Junta de Portavoces—, Rodríguez decidió ceder a la postura de Aguirre y permitir que los bedeles repartieran botellas. Esta cesión fue duramente reprendida por la portavoz de los socialistas madrileños.
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