Colunga.- El Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), situado en la localidad de Lastres, en el concejo asturiano de Colunga, alberga la colección más completa de huellas del jurásico superior, entre las que destacan las del estegosaurio, según el responsable científico de este centro, José Carlos García-Ramos.
El equipo científico del MUJA ha encontrado en los casi cinco años que lleva trabajando más de una treintena de huellas de estegosaurio a lo largo de la costa oriental asturiana, entre ellas la mayor pisada de este tipo de dinosaurios descubierta hasta ahora en el mundo, con una longitud de 56 centímetros.
El geólogo José Carlos García-Ramos ha explicado a Efe que es "muy raro" encontrar huellas de estegosaurio, "pero que en Asturias hay muchas", Y además se han hallado vestigios de reptiles voladores, tortugas, cocodrilos, peces y todo tipo de dinosaurios.
Por los restos de los huesos es posible saber que en la costa asturiana hubo cuadrúpedos, saurópodos, estegosaurios, ortitópodos y terópodos, ya que "los principales grupos de dinosaurios estaban representados en la región y se observan ejemplares extraordinariamente grandes", ha explicado García-Ramos.
El equipo científico del MUJA, junto con la Universidad de Zaragoza y con investigadores de Alemania y Patagonia, realiza una investigación para averiguar el porqué de esas dimensiones.
Durante estos casi 5 años han rescatado más de 3.300 piezas del periodo jurásico que datan de hace 145 a 200 millones de años, todas ellas de los acantilados asturianos.
La mayor parte de los restos de la época se encuentran en el litoral, "del interior no sale nada porque está cubierto de vegetación", indica el geólogo, quien comenta que "en la primera mitad del jurásico Asturias estaba cubierta por el mar y siguen apareciendo restos de aquella época, ictiosaurios, plesiosaurios y peces".
García-Ramos entiende que su obligación es "leer la roca y sacar toda la información posible".
"Hacemos una reconstrucción del paisaje de la época, de los animales, los vegetales y la orografía, y la franja costera que va desde Gijón hasta Ribadesella nos aporta mucha información al respecto", ha indicado.
El acantilado que traza la costa es inestable, sobre todo en días de lluvia, y en ocasiones se desprenden fragmentos, lo que limita el trabajo en ciertas épocas del año, pero gracias a los temporales de invierno se encuentran gran cantidad de restos en primavera.
"Tener una línea de investigación abierta mantiene el museo vivo, evita que los restos se pierdan y aporta piezas nuevas", indica el responsable científico del MUJA, quien destaca que "el hecho de tener piezas fuera de lo común hace que muchos investigadores vengan de visita para hacer estudios comparativos y colaborar en publicaciones".
La zona del litoral en la que se realizan estos trabajos es un espacio con protección jurídica, considerado monumento natural, del que sólo el equipo el MUJA puede extraer restos, aunque cualquiera puede visitar los yacimientos ya que "están señalizados y son de fácil acceso".
Hay tres en el concejo de Ribadesella, otros tantos en Colunga y el mismo número en Villaviciosa.
Además el equipo del MUJA ha incluido el yacimiento de Tereñes, en Ribadesella, en la solicitud de concesión de patrimonio mundial de la UNESCO para los yacimientos más importantes de España y Portugal.
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