Londres.- Un estudio llevado a cabo con 45.000 personas seropositivas de Europa y Norteamérica indica que el tratamiento antirretroviral debería comenzar antes de lo que ocurre ahora normalmente.
Según ese análisis, del que informa la revista médica "The Lancet" en su último número, el umbral recomendable para iniciar la terapia antirretroviral son 350 células CD4 por milímetro cúbico de sangre.
La cuenta de ese tipo de células a partir de la cual debería iniciarse la llamada "terapia de combinación (de fármacos antirretrovirales) es un problema central y no resuelto en los pacientes infectados por el virus VIH-1.
A falta de pruebas controladas al azar, los autores del estudio, dirigidos por Jonathan Sterne, de la Universidad de Bristol (Gran Bretaña), analizaron los datos de dieciocho estudios de Europa y Norteamérica.
Se incluyó a pacientes que habían comenzado el 1 de enero de 1998 o en fecha posterior la terapia antirretroviral cuando la cuenta de células CD4 era inferior a 550 por milímetro cúbico y de los que se sabía además que no se habían inyectado drogas en vena.
Se recogieron datos de 21.247 pacientes observados durante la época anterior a la introducción a la terapia de combinación y de otros 24.444 pacientes a los que se observó a partir del comienzo del tratamiento.
El aplazamiento de la terapia de combinación hasta que la cuenta de células CD4 oscilara entre las 251 y las 350 por unidad resultó en un índice de contagio y de defunciones por la enfermedad un 28 por ciento más elevado que cuando el tratamiento se inició a partir de las 351 o 450 células.
Los efectos adversos de postergar el tratamiento aumentaban conforme disminuía el umbral de células CD4, señala el estudio.
El aplazamiento del inicio de la terapia de combinación resultó en un índice de mortandad más elevado (un 13 por ciento).
Según los autores del estudio, "los pacientes y sus médicos deben contraponer los efectos beneficiosos del tratamiento antirretroviral a otros factores" a la hora de decidir en qué momento comenzar el tratamiento.
Los fármacos antirretrovirales tienen efectos secundarios que incluyen náuseas, diarreas y dolores de cabeza y se ha asociado también la terapia de combinación a problemas graves como la redistribución de la grasa del cuerpo, hepatitis, fallos renales y un mayor riesgo de trastornos cardiovasculares.
"Sin embargo, señalan los médicos, esos efectos tóxicos son evitables hasta cierto punto de acuerdo con el régimen de fármacos que se elija".
"Desgraciadamente, agregan, a muchos pacientes no se les diagnostica el VIH hasta que su cuenta de células CD4 es inferior a a 350 por milímetro cúbico de sangre e incluso a veces, a 200 células".
"Es por ello importante que las personas que corren un riesgo elevado de infección se sometan regularmente al test del sida para que puedan comenzar el tratamiento si se demuestra que son seropositivas".
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