Está exultante. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recibido la promesa de que le van a ingresar 500.000 millones de dólares para salvar a la economía mundial. Los líderes del G20 acordaron el jueves pasado resucitar una institución marginada dotándola de una gran cantidad de dinero para reflotar a países que tengan problemas de financiación tal y como está ocurriendo ya con algunas economías de Europa del Este. Sin embargo la millonaria inyección de dinero, que comenzará a llegar a las arcas del fondo dentro de tres meses, se gestionará al principio sin haber reformado antes la institución, una promesa que se repite cumbre tras cumbres.
El documento que el jueves firmaron los principales líderes mundiales le ha otorgado un papel fundamental al organismo que capitanea el francés Dominique Strauss Khan ante la escasez de reservas y el imperativo de los países de hacer frente a sus deudas. Además de la millonaria dotación que se le ha dado (se triplican los recursos cuando aspiraba sólo a duplicarlos) tendrá la misión de evaluar día a día la marcha de lo aprobado en Londres hasta la siguiente reunión de septiembre. Por otra parte, se reforzará su maltrecha labor de vigilancia, muy puesta en duda durante esta crisis por no haber avistado de lejos la profundidad y la duración de la misma.
Desde que se hiciera público la reforma del FMI (que nació en los acuerdos de Bretton Woods principalmente para apoyar a las economías en dificultades) todo han sido alegrías y buenas palabras para un organismo que muchos consideraban olvidado. "El aumento de recursos del FMI es por el bien del planeta entero", afirmó recientemente el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet. "Dotarlo de más recursos es una buena decisión, los países nos ayudarán a salvar esta crisis", sintetizó el popular Rodrigo Rato, ex director gerente de este organismo. El propio Strauss Khan, como si de una película se tratara, resumió el mismo jueves sus sentimientos con un "el FMI ha vuelto".
Después de la exaltación inicial y de frases que han hecho renacer de sus cenizas a un cuestionado FMI van apareciendo las preguntas. En el documento firmado por los líderes mundiales, éstos se comprometen a implementar reformas en marcha del FMI e instan a más cambios para que el organismo multilateral sea más transparente y más representativo de la economía globalizada. Sin embargo, a algunos economistas estas afirmaciones les parecen aún muy vagas. Además, organizaciones como Oxfam han criticado incluso el "cheque en blanco" que se le ha dado al fondo cuando aún no se ha dicho nada claro acerca de su reforma. ¿Qué propuestas deben ser escuchadas?
La mayoría de estas medidas han sido extraídas de las opiniones de reputados economistas que escriben en la web Voxeu.org, un portal de análisis del Centre for Economic Policy Research.
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