Praga.- La primera dama de EEUU, Michelle Obama, emprendió hoy viaje de regreso a Washington tras haber acompañado a su marido, el presidente Barack Obama, en las tres primeras etapas de una gira por Europa en la que se ha ganado al público del continente.
Antes de emprender vuelo hoy, Michelle Obama acompañó a su esposo mientras él pronunciaba un discurso en el que proponía un mundo sin armas nucleares y visitó algunos de los principales monumentos de Praga, entre ellos el Castillo.
Acompañada de la esposa del presidente checo, Livia Klausova, la primera dama estadounidense, que vestía una camisa blanca con un llamativo lazo de Moschino, una chaqueta negra de Azzedine Alaia y una falda del mismo color de Michael Kors, asistieron a un concierto de la Escuela de Ciegos de Praga en la iglesia de San Jorge.
Las piezas interpretadas fueron "Darmstadter Konzert", de Carl Stamitz, y "Fra Un Partem", de Giovanni Battista Pergolesi.
A continuación, las primeras damas -acompañadas del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, y del asesor político de Obama, David Axelrod- visitaron el barrio judío de Praga, donde acudieron a la sinagoga de Pinkas, en la que están inscritos los nombres de 80.000 víctimas del Holocausto en las regiones de Bohemia y Moravia.
Emanuel y Axelrod lucieron durante esa visita sendas yarmulkas, el gorro tradicional judío, de lana bordada, mientras que a los agentes del servicio secreto que les escoltaban se les proporcionaron otros desechables de fieltro.
Uno de los momentos más emotivos de la visita se produjo cuando la primera dama entró en una sala en la que se exponían dibujos de niños presos en el campo de tránsito de Terazin, desde donde se enviaba a los cautivos a los campos de concentración.
La primera dama también visitó el cementerio judío, donde depositó en uno de sus muros un pequeño trozo de papel doblado en el que había inscrito un deseo, como es tradición.
Michelle Obama se declaró encantada con la "maravillosa" visita y prometió que volverá junto su esposo a esta ciudad centroeuropea, donde ha pasado menos de 24 horas.
Los resultados de la gira de su esposo aún deben analizarse pero los de la suya han sido unánimes en la prensa europea, que ha asegurado que la primera dama tiene todas las cualidades de una estrella.
Durante su estancia en Londres, la primera etapa del viaje, Michelle Obama fue probablemente la personalidad más fotografiada en la cumbre del G-20.
Sus modelos -desde un Isabel Toledo en blanco y negro con el que acudió a una audiencia con la reina Isabel II a una falda verde procedente de una cadena de precios moderados y con la que fue a un centro para enfermos de cáncer- se comentaron con admiración en la prensa británica, que comparó a la primera dama con Jackie Kennedy.
Un abrazo con la reina de Inglaterra, absolutamente insólito en la Corte de San Jaime, fue el incidente que se recordará en Londres mucho después de que las conclusiones de la cumbre del G20 hayan quedado en el olvido.
El resto de Europa cayó también en la "Michelle Obamania" después de verla en un duelo digno de dos primeras espadas, junto a Carla Bruni, la esposa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en la ceremonia de bienvenida a Estrasburgo, la segunda etapa de la gira.
Entonces, su vestido rosa fucsia cubierto por una chaqueta de gasa negra bordada eclipsó el discreto vestido gris, con un lazo en el escote, de la hasta ahora reina indiscutible de las primeras damas internacionales.
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