Esta temporada estamos de enhorabuena... o algo parecido. La realizadora Sofia Coppola se ha lanzado al mundo del diseño de accesorios ¡y de alta costura! de la mano de Louis Vuitton. Una colaboración de lujo que, observándola con detenimiento, estéticamente no vale nada. Esta línea de bolsos y calzados no es más que el reflejo de esta chica tan lánguida que nos quieren vender como modelo de estilo cuando, en realidad, es tremendamente aburrida y tirando a sosa. Marc Jacobs, su mejor amigo, mentor y encumbrador, es también el culpable de que esta insulsa colección haya tenido lugar, como director creativo de la firma francesa. ¿En serio a Marc le gustarán los diseños de Sofia? ¡Ay! lo que hacen las maniobras de marketing perfectamente orquestadas...
Y es que la directora no parece haberse devanado mucho los sesos para ‘diseñar’ (o lo que dios quiera que haya hecho) esta línea. Los bolsos son sencillos, funcionales y sin nada especial, excepto las carteras de mano que son un poquito más elaboradas con esa gran hebilla en el frontal. De cualquier forma, no tienen nada de novedoso y sí mucho de déja-vu. Después están las sandalias, de ante negro, una pequeña cuña y detalles en dorado, tampoco nada del otro mundo y con un diseño que bien podríamos encontrar en tiendas como Fosco. Ella asegura que las ha creado inspirándose en su propia vida de madre trabajadora pero con glamour, de ahí el tacón no muy alto pero con los remates en oro. Insisto: en cualquier centro comercial hubiera encontrado las mismas sandalias por unos 60 euros, palabra...
Resulta curioso que su debut en Vuitton como diseñadora haya resultado tan aburrido e insípido, cuando ella en realidad ha sido becaria en Chanel siendo muy jovencita, y hasta lanzó una marca de textil y accesorios, Milk Fed, que sólo se distribuía en Japón. Ahora ya tiene sucursal en Nueva York ante la demanda existente, y es que su oferta divertida, juvenil y muy colorista atrae a las más jovencitas, también guiadas por aquello de que Sofia Coppola tiene fama de icono estilístico. ¡Aunque ella no viste como su firma ni de lejos!
Si hay algo que caracteriza a Coppola es su extrema sencillez tanto en sus looks de calle como de fiesta. Rara vez sale del negro (excepto en este evento, donde debía estar de buen humor y fue de fucsia) o el gris, y su estilo es muy fácilmente imitable con prendas y accesorios atemporales y que no llamen la atención. Su amiguísimo Marc Jacobs dice de ella que es joven, dulce y guapa, y otros directamente la llaman style queen, pero la realidad es que es la misma persona que se atreve a ir a una fiesta vestida como con un jersey viejo y grueso que le haya robado a su marido y sin peinar. Eso sí, combinado con una de las carteras que ha creado para Vuitton, y asumiendo que lo más seguro es que ese jersey de lana gruesa será de otra gran firma.
Ella es de esas que se apuntan a la sabia teoría de ‘menos es más’, con la diferencia de que su menos es verdaderamente microscópico. Apenas se maquilla, por lo que no sorprende verla con la cara llena de brillos y con aspecto de recién levantada aunque esté en una fiesta. El pelo es otro de sus puntos débiles, siempre con su eterno bob con raya al lado sin mucho brillo ni vida, todo sea dicho. Claro que ya es mejor que esa melena que tenía cuando protagonizó el peor debut cinematográfico de todos los tiempos interpretando a Mary Corleone en El Padrino III.
Se supone que su sofisticación radica en la falta de aderezos pero su supuesta sencillez chic se queda en sosería. Y esa sempiterna mirada triste que transmite un aburrimiento y una languidez infinitos... ¡hasta su casa tiene un aspecto lánguido!
En algunas ocasiones tiene momentos de estilo, como con este little black dress con cinturón, abrigo y botines, aunque siempre sin salir del negro, sin peinarse y con el maquillaje más invisible del mundo. También cuando protagonizó esta campaña de una fragancia para Marc Jacobs, posando muy atrevida sin la parte superior del biquini y dentro de una piscina. Aún así, su tímida pose transmite más bien poca sensualidad, la misma que mostraba en el más reciente visual de Louis Vuitton en el cual aparecía con su padre. Vale, puede que éste fuera el momento menos indicado para parecer sexy con Francis Ford Coppola al lado, pero sí es patente su falta total de voluptuosidad en cualquiera de sus looks.
Si Sofia es más bien aburrida en lo que a vestir se refiere, por mucho que Marc Jacobs y Vuitton nos quieran hacer creer lo contrario, al menos como cineasta siempre saca su lado más vivo, romántico y femenino. Como muestra, su última obra, un anuncio para televisión de la última fragancia de Dior, Miss Dior Chérie. ¡Una delicia! En este caso le podemos aplicar un conocido refrán patrio con una pequeña versión, ‘zapatera, a tus películas’.
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