NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consideró anoche que el proceso de paz entre israelíes y palestinos "no será fácil" con el gobierno que se formará próximamente en Tel Aviv y que estará presidido por Benjamin Netanyahu, líder del partido derechista Likud, quien en más de una ocasión se ha negado a la solución de dos Estados para el fin del conflicto.
En la rueda de prensa que ofreció ayer Obama en Washington en horario de máxima audiencia, el presidente afirmó no obstante que es "necesario" seguir intentando culminar el proceso de paz porque la actual situación es "insostenible".
Aunque afirmó que su Administración no sabe qué camino tomará el próximo gobierno israelí ni el futuro del liderazgo de la Autoridad Palestina, Obama aseguró que uno de sus principales objetivos es avanzar en la solución de dos Estados para que "israelíes y palestinos puedan vivir juntos en sus propios Estados con paz y seguridad".
El mandatario recordó el nombramiento del senador George Mitchell como su enviado especial para Oriente Próximo, lo que demuestra, remarcó, la "determinación" de su Gobierno por seguir adelante con el proceso de paz. "Nombrando a George Mitchell subrayamos que vamos a comprometernos desde el primer día", añadió.
Aún así, recalcó que sólo lleva en el cargo 60 días y que su Administración no va a lograr la paz en Oriente Próximo "inmediatamente", pero sí aseguró que de lo que está seguro es que el Gobierno se está "moviendo en la dirección correcta".
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