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El agua, un recurso que aún no llega a millones de hogares latinoamericanos

EFE
Actualizado 21-03-2009 17:48 CET

Bogotá.-  Aunque América Latina cuenta con importantes fuentes hídricas, millones de personas en la región carecen de acceso a agua potable por factores que van desde la contaminación hasta la privatización del servicio y la inadecuada gestión.

En la víspera de la celebración del Día Mundial del Agua, el hidrólogo colombiano Rodrigo Marín dijo a Efe que cerca de 120 millones de latinoamericanos no reciben agua potable en sus viviendas y más de 200 millones carecen de conexión al sistema de alcantarillado.

Además, más de 100 millones carecen de cobertura de saneamiento y otros 256 millones evacúan sus desechos a través de letrinas y fosas sépticas, según el Consejo Mundial del Agua.

La ausencia de dichos servicios "se concentran especialmente en la población pobre de las áreas rurales" y son "fundamentales" en la aparición de enfermedades diarreicas agudas, una de las principales causas de muerte infantil en la región, aseguró Marín.

Esta situación se relaciona más con la falta de inversión en infraestructura y los problemas de gestión del líquido que con su disponibilidad, ya que Latinoamérica tiene "alrededor del 35% del agua dulce del mundo", destacó.

Sin embargo, ese "enorme potencial hídrico está muy mal distribuido (...), la infraestructura es ya obsoleta y se explota intensivamente", además de que el recurso es "limitado, no renovable, privatizado y politizado", apuntó.

Mientras Chile, Venezuela, Cuba y Costa Rica tienen los mejores índices de cobertura de agua potable y saneamiento de la región, en el extremo opuesto están Haití, El Salvador y México, que padecen "estrés hídrico", según el Tribunal Latinoamericano del Agua.

Bolivia, Ecuador y Perú también afrontan una situación crítica, de acuerdo con Oxfam Internacional, que ha alertado de la contaminación de las fuentes hídricas.

Esta agrupación explicó que la menor disponibilidad en esos países es debida a la pérdida de vegetación en las cabeceras de cuenca por la expansión agrícola, la quema de pastizales y la tala indiscriminada.

A ello se suman los efectos del cambio climático, que en los últimos 40 años han causado la pérdida del 20% de las superficies de los glaciares y del caudal del río Amazonas.

Esta situación, aunada al crecimiento poblacional y a los crecientes costos para acceder al agua potable, ha provocado un aumento de las disputas en torno al vital líquido.

Es el caso de Perú, donde el recurso hídrico per cápita anual es de 1.800 metros cúbicos, frente a un promedio de 3.100 en la región, y el 48% de los 218 conflictos registrados en febrero fueron socio-ambientales, la mayoría vinculados al manejo del fluido.

México también enfrenta dificultades por la desigual distribución y el descenso de la disponibilidad, al pasar de 18.035 metros cúbicos por persona al año a mediados del siglo XX a cerca de 4.000, debido al incremento de la población.

Similar situación se presenta en Brasil, que cuenta con el 12% del agua dulce del planeta, pero que sufre graves problemas de distribución, ya que el 90% de las reservas está concentrado en el Amazonas, donde vive sólo una décima parte de la población.

En Colombia varias organizaciones impulsan un referendo para declarar bien público este recurso, al que casi 16 millones de personas no tienen acceso, a pesar de que es uno de los ocho primeros países del mundo en riqueza hídrica.

En Honduras, el 20% de los dos millones de habitantes de Tegucigalpa y San Pedro Sula tampoco cuenta con servicio de agua, mientras en Managua, la capital nicaragüense, 162 barrios la reciben dos horas diarias y otros sólo dos días a la semana.

A pesar de que Costa Rica es una de las naciones con mayor cobertura de fluido, con un 99,4%, tiene el río más contaminado de Centroamérica, el Tárcoles, que recibe la mayor parte de las aguas negras del Valle Central, donde habita más del 50% de la población.

Lo mismo sucede en Argentina, donde la elevada polución de los ríos Matanza-Riachuelo afecta a unos 12 millones de bonaerenses.

La contaminación de los ríos y la reducción de las cuencas también genera escasez en República Dominicana, que trabaja en un estatuto jurídico que considere al agua insustituible para garantizar la alimentación, la salud y el desarrollo.

En Cuba más del 95% de los habitantes tiene fluido potable aunque la mitad de ellos no lo recibe diariamente ni en cantidad suficiente por el deterioro de los acueductos.

Los chilenos tienen el récord si se trata de las zonas urbanas, donde disponen en un 99,8% del recurso y en un 95% de sistemas de saneamiento, mientras en el campo la cifra ronda el 60% en ambos casos.

En Guatemala se calcula que el 74,6% de hogares tiene acceso por tubería y el 22,4% por acarreo, en tanto que en Venezuela el 94% cuenta con el líquido, en comparación con el 62% de hace una década.

Más allá de la situación en cada país, la región está dispuesta a declarar este recurso como un "derecho humano" en el Foro Mundial del Agua que se celebra en Estambul, con la excepción de Brasil, que prefiere definirlo como una "necesidad básica".

Para Maude Barlow, consejera de Agua en la Asamblea General de la ONU, ha llegado la hora de definir: "Si dejamos que el agua sea una mercancía mientras hay gente que muere por no tenerla, o si es un derecho humano, en cuyo caso no se podrá comercializar".

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