Barcelona.- La dirección general de la Policía del Departamento de Interior ha decidido suspender de sus funciones de forma provisional a los tres mossos d'esquadra condenados hoy a penas de entre tres y cuatro años de prisión por detener ilegalmente y pegar a un hombre tras una pelea, estando fuera de servicio.
En un comunicado, el Departamento de Interior informa hoy de que, una vez estudiado el contenido de la sentencia, se recurrirá la misma en casación ante el Tribunal Supremo.
No obstante, el departamento reitera su "pleno apoyo al cuerpo de los Mossos d'Esquadra por su extraordinario trabajo diario que llevan a cabo con eficacia y profesionalidad" y pide que no se juzgue la actuación de todos los agentes "por comportamientos que, si se confirman, son absolutamente minoritarios y perseguidos desde la propia Policía de la Generalitat".
También recuerda que las denuncias presentadas contra los mossos han disminuido considerablemente durante el último año a raíz de las medidas adoptadas por el propio cuerpo y ya son la policía del Estado que recibe menos denuncias, según se indica en la nota.
A principios de 2007, los responsables del departamento decidieron incrementar la instalación de cámaras de videovigilancia en las comisarias para evitar las denuncias falsas contra los mossos y posibles malas praxis policiales y, desde entonces, no se ha recibido ninguna denuncia por alguna actuación en las dependencias policiales en las que han sido instaladas.
"La actuación de la Policía de la Generalitat es democrática, profesional, eficaz y de proximidad, como así lo expresa la ciudadanía en las encuestas valorando con un notable su despliegue en el territorio", garantiza el departamento.
La Audiencia de Barcelona ha condenado hoy a penas de entre tres y cuatro años de prisión a tres mossos d'esquadra por detener ilegalmente y pegar a un hombre tras una pelea que mantuvieron con él en la discoteca "Bikini" de Barcelona en junio de 2006, mientras estaban fuera de servicio.
La sentencia condena a tres años de prisión a la agente Mónica Fraile por la detención ilegal y a un año más a los dos mossos que le acompañaban, Alberto Fabregat y Juan Díaz, al imputarles otro delito contra la integridad moral, ya que humillaron, golpearon e insultaron a la víctima mientras estuvo en los calabozos.
La condena comporta también la inhabilitación durante trece años de los dos agentes masculinos y de Mónica Fraile durante ocho, al tiempo que les obliga a indemnizar con 8.200 euros a la víctima, pago que la Generalitat asumiría como responsable civil subsidiaria.
El tribunal da plena credibilidad a la versión de la víctima, José Antonio Medina, y sólo lo condena a una multa de 60 euros por una falta de malos tratos por haber agarrado por el cuello y tirado al suelo a uno de los mossos, ignorando su condición de agente de la autoridad, durante la discusión en la discoteca.
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