París.- El Lyon francés niega la crisis pese a que en menos de dos semanas han sido eliminados de la Copa de Francia, de la Liga de Campeones y han concedido la primera derrota en su estadio desde hace 24 partidos, lo que hace peligrar su liderato.
El Lyon lidera la liga gala desde la sexta jornada y ha gozado de confortables ventajas que hacían presagiar un plácido trayecto hacia el octavo título de campeón consecutivo.
Hasta que se cruzó el mes de marzo y el equipo comenzó a dar signos de fatiga, a perder la fe en su juego y a ver como su renta se diluía hasta quedarse en un punto, el que ahora le permite estar en el primer puesto de la tabla por delante del Olympique de Marsella.
Fue precisamente este equipo quien salvó el liderato lionés, ya que su victoria en el Parque de los Príncipes contra el París Saint-Germain evitó que los parisienses les apartaran de la primera plaza.
Por primera vez en muchos años, el Lyon no tiene un plácido final de temporada y tendrá que afrontar la rivalidad de tres clubes: el Marsella, el PSG -ambos están empatados a puntos- y el Girondins de Burdeos, que se encuentra a tres del liderato.
Su derrota contra el Auxerre en Gerland ha hecho saltar todas las alarmas. No sólo porque muestra lo vulnerable de un club que parecía invulnerable, sino porque llega en un bache de juego que les han apeado de Europa y de la Copa de Francia.
El Lille les dejó fuera de la copa nacional y el Barcelona les sobrepasó en la Liga de Campeones, impidiéndoles el paso a los cuartos de final.
Sólo les resta la liga y, ahí, tampoco parecen mostrar la seguridad de temporadas pretéritas, cuando dominaban con cierta tranquilidad y podían tomarse licencias de cara a los retos europeos.
Pese a todo, el club niega que esté en crisis. "Estamos en una situación difícil, pero no en crisis", afirma Jean-Alain Boumsong, que resumen el sentimiento general del equipo que busca recuperar el camino perdido.
El entrenador, Claude Puel, afirma que tienen los remedios adecuados para volver a colocar al Lyon en el lugar de las últimas temporadas y confía en poder sumar un nuevo título liguero.
Por el momento, sus números son peores que los de su predecesor Alain Perrin, que fue apeado del cargo tras haber sumado la Copa de Francia y la liga.
A estas alturas, el Lyon tenía ocho puntos más y había sumado 22 tantos más de los conseguidos este año.
El equipo no fue más lejos de los octavos de final de la Liga de Campeones, pero conquistó la Copa de Francia y alcanzó los cuartos de final de la Copa de la Liga. Ninguno de estos dos objetivos están ya al alcance del Lyon de Puel.
A diferencia de otros años, el Lyon no podrá esta temporada quitarse el traje de trabajo hasta el final. Sus perseguidores son más y parecen más seguros que en el pasado, un sentimiento que se acrecienta con las señales de debilidad que muestra el líder.
El equipo está obligado a reaccionar si no quiere romper una racha de títulos que le han otorgado la hegemonía absoluta del fútbol francés.
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