NUEVA YORK (EEUU).- Si eres de los que disfrutan probando sabores de aquí y de allá, en Nueva York no echarás de menos la tortilla de patata ni por un minuto. Sin embargo, si hablamos de café… eso son palabras mayores.
La primera vez que en esta ciudad buscas una inyección de cafeína, el resultado suele ser a menudo decepcionante. Pides un café y en la mayoría de los casos te lo sirven en vaso de cartón. Sorprendido por el tamaño lo pides pequeño pensando que incluso con la ‘small size’, estarás espídico durante unas cuantas horas. Tristemente el café no sabe a casi nada y si quieres leche, te la sirven o te la sirves tú mismo, fría. "Pero si yo lo que quiero es un café con leche de toda la vida", piensas… y la próxima vez que vas a pedir, examinas la carta en busca de algo que parezca asemejarse. Aquí te das cuenta de que casi hay que hacer un máster para tomar la decisión correcta. "¿Qué es un ‘Café au lait’? ¿y un ‘Macchiato’? Si yo sólo quiero un café con leche…" Como uno tarda tiempo en hacerse con el tema, aquí va una guía rápida para recién aterrizados:
Tomada la primera decisión, hay que valorar los siguientes aspectos:
Ahora bien, sabiendo que todas o muchas de estas opciones las encontramos en casi cualquier local donde sirvan café (desde Starbucks o Dunkin Donuts al deli de la esquina o los carritos callejeros), hay que saber que el nivel de exigencia de los neoyorquinos con respecto al tema deja un poco que desear.
En esta ciudad se consume café, mucho café diría yo, pero hay dos pegas: una, es difícil encontrar cafés en el puro sentido de cafés en Manhattan. Los alquileres son demasiado altos y pocos son los que pueden sobrevivir sirviendo ‘lattes’ cuando pueden, en el mismo espacio minúsculo, poner unas pocas mesas y servir comida y alcohol. Y dos, se vende café, pero si hablamos de cuánto importa que el café sea bueno, de nuevo esto es otra historia.
A pesar de todo lo anterior algún que otro reducto queda. Lugares donde no sólo venden café, sino que cada detalle importa: el grano, la técnica, la temperatura, el molido. Son refugios donde el café se convierte en culto y el aroma te envuelve al traspasar la puerta. Muchos de ellos están en el Village o el East Side y casi nos olvidamos por completo de encontrar un local decente en Midtown. Toma nota, aquí va una pequeña selección para sibaritas en la ciudad del vaso de cartón:
El reducido espacio del local es inversamente proporcional a la calidad de su café. Orgánico, de comercio justo y simplemente exquisito.
86 E. 7th St., junto a First Ave. (East Village)
Su última inversión, una máquina de 11.000 dólares con la que sin duda compiten por una posición relevante en el ‘top ten’ del mejor café de la ciudad.
224 W 20th St (Chelsea)
Su mismo nombre habla del arte del café y, ciertamente, aquí cada taza es una forma de creatividad. El café se prepara con mimo. El resultado, pasa y déjate llevar. Varias ubicaciones:
141 Waverly Place / 9 East 13th Street (West Village)
Buen café con conciencia social. Sólo comercio justo y ‘lattes’ que bien merecen una parada.
228 Mott St, Manhattan, NY (Soho)
Típico café italiano cerca de Bleeker St. No dejes de acompañar un buen ‘cappucchino’ con uno de sus postres caseros. Los ‘cannoli’ son de pecado.
79-81 Macdougal Street (West Village)
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