Harare.- Miles de seguidores del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), el partido del primer ministro de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, acuden hoy al entierro de su esposa, Susan, en el pueblo de Humanikua, en el distrito oriental de Buhera.
"El ambiente es a la vez festivo y de duelo", dijo a Efe desde Humanikua por teléfono Belinda Sharples, militante del MDC, que explicó que, desde la mañana, han llegado un gran número de autobuses a la zona con seguidores de Tsvangirai, que quieren acompañarle en el entierro.
En Zimbabue, las ceremonias que acompañan a los entierros duran horas, por lo que se espera que la concentración de seguidores de Tsvangirai dure hasta la noche.
El pasado viernes, Susan Tsvangirai resultó muerta en un accidente de tráfico, al arrollar un camión el coche en el que viajaba con su marido, que resultó herido, en la misma carretera que hoy ha recorrido el cortejo fúnebre.
Aunque en principio el MDC sugirió una investigación sobre el accidente para comprobar si se había tratado de un atentado, posteriormente el propio Tsvangirai descartó esta posibilidad.
Ayer, en Harare, se celebraron los funerales de Estado por Susan Tsvangirai, a los que acudió el presidente del país, Robert Mugabe, y rival del primer ministro hasta la formación del Gobierno de unidad nacional el mes pasado.
Aún con el Gobierno de Unidad, persisten las fuertes disensiones entre el MDC y el partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), aunque el presidente ayer señaló que "hacemos lo posible para crear un ambiente propicio y decimos a nuestros partidarios que la violencia ha terminado".
Más de un centenar de partidarios del MDC fueron asesinados el pasado año por los seguidores del ZANU-PF, después de que Tsvangirai ganara la primera vuelta de las elecciones presidenciales en marzo, por lo que se retiró de la segunda ronda y dejó a Mugabe como único candidato.
Ayer, en los funerales oficiales en Harare, las mujeres de la liga femenina del MDC, vestidas con camisetas con el emblema del partido, la despidieron con una gran pancarta que decía "Adiós Princesa Susan".
Aunque no tuvo funciones políticas, la fallecida era muy popular entre los dirigentes y seguidores del Movimiento para el Cambio Democrático.
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