PEKÍN.- El Dalai Lama envió hoy un duro mensaje a Pekín con motivo del 50 aniversario de su huida al exilio, acusando al régimen chino de haber convertido el Tíbet en el "infierno en la tierra" durante la represión que siguió al alzamiento de 1959 y de haber destruido tanto los recursos como el entorno de este territorio. Asimismo, insistió en su propuesta de una autonomía para Tíbet dentro de China y denunció que los responsables chinos no hayan planteado ninguna alternativa al llamado 'Camino de enmedio'.
En un mensaje, el líder espiritual tibetano subrayó hoy que los "acontecimientos desesperados" vividos en Tíbet tras la ocupación china del territorio en 1949, "dejaron a los tibetanos sin otra alternativa que lanzar un alzamiento pacífico el 10 de marzo de 1959". "Las autoridades chinas respondieron con una fuerza sin precedentes que llevó a la muerte, arresto y encarcelamiento de decenas de miles de tibetanos en los meses siguientes", lamentó.
Según el Dalai Lama, las "violentas campañas represivas" de Pekín en Tíbet "empujaron a los tibetanos a tal sufrimiento y penurias que literalmente experimentaron el infierno en la tierra". Estas campañas, añadió, han tenido como consecuencia, además de la "muerte de cientos de miles de tibetanos", "la destrucción hasta los cimientos de miles de centros religiosos y culturales como monasterios y templos".
Asimismo, prosiguió el líder tibetano, "los recursos naturales han sido explotados indiscriminadamente y hoy en día el frágil medioambiente tibetano ha sido contaminado, se ha llevado a cabo una deforestación masiva y la fauna, como los yaks salvajes y los antílopes tibetanos, están prácticamente extinguidos".
"Estos 50 años han llevado un sufrimiento y destrucción indecibles a la tierra y el pueblo de Tíbet", lamentó el Dalai, que subrayó que hoy en día "la religión, la cultura, el idioma y la identidad, que generaciones sucesivas de tibetanos han considerado más preciosos que sus vidas, están cerca de la extinción".
TEMOR CONSTANTE
Según el Dalai Lama, "los tibetanos viven en un temor constante y las autoridades chinas les consideran constantemente sospechosos". "En resumen, los tibetanos son vistos como criminales que se merecen ser ejecutados", afirmó contundente. En este sentido, denunció la "propaganda" que están llevando a cabo algunos dirigentes "ultraizquierdistas" chinos "con el fin de distanciar a tibetanos y chinos y generar animosidad entre ambos".
Lamentablemente, agregó, "como consecuencia de ello, ha surgido una impresión negativa de los tibetanos en la mente de algunos de nuestros hermanos y hermanas chinos". Por ello, hizo un llamamiento a los chinos a "intentar descubrir los hechos en torno a la imparcialidad tibetana con el fin de impedir las divisiones entre nosotros". "Desde tiempos inmemoriales, los pueblos tibetano y chino han sido vecinos y en el futuro también tendremos que vivir juntos", señaló, insistiendo en que "es de la máxima importancia para ambos coexistir en amistad mutua".
Por otra parte, el líder espiritual resaltó que los 50 años de exilio han permitido a los tibetanos trabajar para la "promoción de la democracia" con la creación de un Parlamento en el exilio en 1960. "Actualmente, nuestra administración en el exilio ha evolucionado hasta convertirse en una democracia plenamente operativa con una carta escrita propia y un órgano legislativo". "Esto es algo de lo que de hecho podemos sentirnos orgullosos", consideró.
AUTONOMÍA PARA TÍBET
A este respecto, tras asegurar que "el trabajo por la causa justa de Tíbet es responsabilidad de cada tibetano", él incluido, el Dalai Lama defendió su propuesta del 'Camino de enmedio' planteada en 1974 como la mejor opción para este territorio. Pero lamentó, desde que se reanudaron las conversaciones directas con Pekín en 2002 y en las ocho rondas mantenidas no ha habido una respuesta positiva por parte de las autoridades chinas.
"La insistencia china de que aceptemos que Tíbet ha sido parte de China desde los tiempos antiguos no sólo es imprecisa sino también poco razonable", opinó, incidiendo en que "no podemos cambiar el pasado, no importa si éste fue bueno o malo". "Distorsionar la historia con fines políticos es incorrecto", previno. "Si se mira atrás en la historia, no hay ni un solo país en el mundo hoy en día, incluida China, cuyo estatus territorial haya permanecido siempre inalterado, ni puede seguir inalterado", subrayó.
En su opinión, chinos y tibetanos "deben mirar hacia el futuro y trabajar por el beneficio mutuo". Así, los tibetanos "desean una autonomía legítima y significativa (...) que (les) permitiría vivir en el marco de la República Popular China". Por su parte, "cumplir con las aspiraciones del pueblo tibetano permitirá a China alcanzar estabilidad y unidad", consideró.
Según el Dalai Lama, "la Constitución china y otras leyes y normativas relacionadas no plantean ningún obstáculo (a la demanda de una autonomía para Tíbet) y muchos dirigentes del Gobierno central chino han aceptado esta aspiración genuina". "Si los dirigentes chinos tuvieran muchas objeciones a nuestras propuestas, habrían ofrecido razones para ello y sugerido alternativas para nuestra consideración, pero no lo han hecho", resaltó.
"Estoy decepcionado de que las autoridades chinas no hayan respondido adecuadamente a nuestros esfuerzos sinceros de aplicar el principio de una autonomía significativa nacional regional para todos los tibetanos", concluyó.
REACCIÓN DE PEKÍN
La reacción del Gobierno chino no se hizo esperar. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se respondió a los comentarios del tibetano, Premio Nobel de la Paz, con una "no respuesta". "No contestaré a las mentiras del Dalai Lama", declaró hoy el portavoz del Ministerio, Ma Zhaoxu.
"La camarilla del Dalai Lama confunde la verdad con la mentira. Están extendiendo rumores. Las reformas democráticas (realizadas por China en Tíbet) son las más amplias y profundas de la historia tibetana", agregó Ma, que también aprovechó para pedir a Estados Unidos que deseche su idea de votar en el Congreso una declaración no vinculante sobre el Tíbet.
Por su parte, el presidente de la actual región de Tíbet, Qiangba Puncog, presente en Pekín para asistir a la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional, indicó que la situación en Lhasa fue hoy de normalidad. Asimismo, arremetió contra el Dalai Lama y sus seguidores en el exilio, a los que acusó de que "siempre han mentido (cuando dicen) que más de un millón de tibetanos fueron matados en los últimos 50 años, cuando la verdad es que la población de Tíbet aumentó de 1,2 millones en 1959 a 2,87 millones en 2008".
La prensa oficial china ha bombardeado hoy con acusaciones a las "patrañas" del Dalai Lama, y se ha valido para ello de los tibetanos afines al Partido Comunista Chino.
La agencia Xinhua recoge, en una nota titulada "Los tibetanos están insatisfechos cuando el Dalai Lama dice mentiras", comentarios atribuidos a habitantes de Lhasa, cerrada, al igual que todas las localidades de población tibetana, a la prensa extranjera --el Club de Corresponsales Extranjeros informa hoy de que los reporteros de al menos seis medios extranjeros, entre los que se incluye TVE, han sido expulsados de la zona en los últimos días por las fuerzas de seguridad china--.
El panorama pintado por Xinhua es completamente distinto. "¿Cómo pueden los tibetanos ser infelices cuando la economía se desarrolla tan rápido con el apoyo del Gobierno central", declara el jefe de una empresa de transporte de Lhasa, de nombre Purbu.
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