Bruselas.- Los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) tratan hoy de llegar a un acuerdo para ampliar la lista de servicios a los que los estados miembros pueden imponer un tipo de IVA reducido, lo que permitiría a España aplicarlo, entre otros, a los cuidados a domicilio de niños, enfermos y ancianos.
La idea es que los países que lo deseen puedan incentivar fiscalmente servicios intensivos en creación de empleo, como son los restaurantes, la construcción y reparación de viviendas, la peluquería, la atención domiciliaria, la reparación de bicicletas, calzado y vestido, y la limpieza de cristales y viviendas.
En España, los restaurantes ya disfrutan de un IVA más bajo (el 7%, frente al tipo estándar del 16%), igual que las peluquerías y los servicios de albañilería y construcción (estos últimos llevan en algunos casos sólo el 4%) y si se logra el acuerdo podrá también aplicarlo al resto de servicios citados.
Ha quedado descartado, eso sí, ampliar el catálogo de productos susceptibles de llevar un IVA más bajo, algo que interesaba a España.
La Comisión Europea había propuesto incorporar a la lista, entre otros bienes, los pañales y preservativos, las sillas infantiles para coches, los aparatos y dispositivos de ayuda para discapacitados y los libros en formato electrónico.
Para lograr el apoyo de los países más reticentes -Alemania, pero también otros como Austria, Dinamarca y los bálticos-, la presidencia checa planteó un compromiso que reduce al mínimo la lista de servicios a los que se podrá aplicar una fiscalidad favorable y excluye incorporar nuevos productos.
Además, el texto que tienen los ministros sobre la mesa deja claro que la extensión del tipo reducido será opcional para los estados miembros e incorpora una evaluación negativa sobre la utilidad de fijar un IVA más bajo para los servicios y bienes respetuosos con el medio ambiente.
De esta manera, Francia ve frenadas sus ambiciones de fomentar por medios fiscales los llamados productos y servicios "verdes".
A cambio, logrará, tras años de batalla, vía libre para imponer a los restaurantes un IVA más bajo.
La cuestión llevaba años bloqueada, por la frontal oposición especialmente de Alemania, pero comenzó a despejarse en diciembre pasado, cuando los líderes de los Veintisiete concluyeron que la reducción selectiva del IVA puede ayudar a impulsar la actividad en el actual contexto de crisis.
El ministro checo de Finanzas y presidente de turno del Ecofin, Miroslav Kalousek, se mostró cauteloso a su llegada a la reunión con sus colegas y recordó que, como en todas las decisiones sobre fiscalidad, para modificar la regulación del IVA hace falta la unanimidad de los Veintisiete, "siempre difícil de conseguir".
Kalousek destacó que la mayoría de socios están de acuerdo con la propuesta de compromiso presentada por la presidencia checa, pero agregó que algunos países siguen mostrando reticencias.
Actualmente, el tipo estándar de IVA oscila dentro de la UE del 15% en Chipre, Luxemburgo y Reino Unido (que lo ha rebajado para luchar contra la crisis) al 25% en Dinamarca, aunque hay todo un mosaico de productos y servicios a los que se aplica un gravamen más bajo.
En España, el tipo estándar está en el 16%, con un tipo reducido del 7% y uno súper reducido del 4% que se aplica a alimentos de consumo básico.
En el caso francés, el tipo estándar es el 19,6%, y el reducido -el que probablemente se aplicaría a los restaurantes- está en el 5,5%.
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