Granada.- Los jardines botánicos de La Cortijuela y Hoya de Pedraza preservan las más valiosas especies vegetales de Sierra Nevada y han evitado la extinción de algunas de ellas, únicas en el mundo, según ha destacado a Efe el director del Espacio Natural de Sierra Nevada, Javier Sánchez.
Sánchez ha explicado que las características naturales de Sierra Nevada la convierten en uno de los ecosistemas más valiosos de Europa, en especial para la flora, pues concentra en su gran altitud sistemas vegetales que en condiciones normales se distribuyen a lo largo de miles de kilómetros de diferentes latitudes.
"En Sierra Nevada tienen cabida lo ártico y lo africano, lo atlántico y lo mediterráneo", ha añadido.
El Espacio Natural de Sierra Nevada, que supera las 172.000 hectáreas al sumar el parque nacional y el natural del mismo nombre, alberga 2.100 especies de flora, una cuarta parte de las existentes en la Península Ibérica y más que las de algunos países europeos.
Sierra Nevada concentra el 30 por ciento de toda la flora española, pese a representar sólo el 0,4 por ciento de su superficie, y el siete por ciento de la flora de la región mediterránea, aunque sólo supone el 0,01 por ciento de su extensión.
Por ello, este ecosistema está considerado el centro de diversidad vegetal más importante del Mediterráneo Occidental pues además de esta numerosa flora vascular, Sierra Nevada suma más de ochenta plantas endémicas -únicas en el mundo- lo que la define como la zona con mayor número de plantas amenazadas de la Península.
No es de extrañar que los primeros exploradores de este macizo montañoso fuesen prestigiosos botánicos europeos como Boissier (1837), Quelle (1908) y Obermaier (1916).
Los jardines botánicos de La Cortijuela y Hoya de Pedraza han sido creados por la Junta de Andalucía para preservar este valioso patrimonio natural, para investigarlo y para divulgarlo.
El de La Cortijuela, situado al pie del Pico del Trevenque, a unos 1.600 metros de altitud, conserva especies en peligro como la laserpitium longiradium, una planta similar a un hinojo, o la odontites granatensis, una hierba de pequeño tamaño y flores de color granate, de las que sólo existían una plantación superviviente hace pocos años.
El jardín botánico de Hoya de Pedraza está situado a casi 2.000 metros de altitud y a unos cuatro kilómetros de la estación de deportes invernales de Pradollano, y conserva especies de alta montaña muy valiosas, entre ellas, la salix hastata, planta similar a una mimbre enana y cuya subespecie sierrae-nevadae, se encontraba al borde de la extinción.
También mantiene plantaciones de senecio elodes, una flor similar a la margarita, y de artemisa granatensis, la famosa manzanilla de Sierra Nevada, que hace unos años estuvo a punto de extinguirse por su masiva recolección y pérdida de hábitat.
"Hemos puesto a punto técnicas de propagación que hasta ahora se desconocían de plantas únicas en el mundo; importantísimas mejoras en su hábitats y refuerzos poblacionales que han hecho que algunas de estas joyas botánicas puedan estar hoy día en mucha mejor situación de la que se encontraban hace seis u ocho años", ha subrayado Sánchez.
Otra labor crucial de estos jardines botánicos es localizar especies dadas por extinguidas, como la hippocratis prostrata, encontrada en 2001 y cuya última cita científica databa de 1837.
Estos dos jardines botánicos forman parte de la Red de una docena de centros creada por la Consejería andaluza de Medio Ambiente para conservar la flora amenazada, rara y endémica de Andalucía, una de las más valiosas de Europa.
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