Sólo con oír el comienzo de 'Cheater’s town', ya sabemos que estamos ante una de esas canciones épicas que empiezan con una guitarrita y poco a poco van creciendo en instrumentación e intensidad hasta terminar en una catarsis de emociones desbordadas. Con reminiscencias del Elvis de 'In the ghetto', la canción que abre 'Mr. Lucky', el nuevo disco de Chris Isaak, tiene los parámetros de composición marca de la casa: chico guapo y sensible que ha sido engañado por una mujer a la que consideraba el amor de su vida y se lamenta con el ánimo destrozado. "Abriste tu negro corazón, sonreíste y… me mentiste" canta entre gritos de desesperación al final de una canción que es de esas que pide urgentemente en el escenario rodilla hincada en el suelo, cabeza baja y elevación de brazos para desplegar la capa cosida a la chaqueta. Vamos, como Elvis en sus últimos conciertos.
Aunque más que la sobreactuación de Elvis, lo de Chris Isaak ha sido siempre más una emoción contenida al estilo Roy Orbison. De ir soltando todas las desgracias de su vida sin que se le moviera un solo pelo de la cabeza en el escenario ni se advirtiera emoción alguna en su rostro. Eso sí, la emoción contenida se quedaba aparcada en la puerta de su sastre. No hay más que verle aparecer en el escenario con trajes de alpaca rosa chillón con corte de los años 50 o estampados de flores gigantes como el sofá de la sala de espera de cualquier burdel de Las Vegas. ¿Estrafalario? Bastante, pero elegante también. Y mucho. ¡Hasta para llevar esa ropa hay que tener estilo y percha! Y luego, que también hay que decirlo, el muchacho se plantaba unas botas, una camiseta, unos vaqueros y una chupa de cuero y seguía estando de muerte. Incluso cuando a finales de los 80 se hizo aquel reportaje con el pecho sin depilar embutido en mallas de lucha libre estaba de escándalo y llegó a ser póster central de muchas revistas musicales de adolescentes como la inglesa 'Smash Hits' y la alemana 'Bravo'.
Algunos críticos han llegado a considerar este nuevo disco como "la misma canción repetida una y otra vez". Error. Tras sus últimos discos más bien flojitos, 'Mr. Lucky' trae lo mejor del Chris Isaak de 'Silvertone' o su segundo lp homónimo de portada verde donde se encontraba su primer gran éxito, 'Blue hotel'. La historia dice que aquella canción estaba dedicada a un amigo que terminó sus días conduciendo hasta un hotel de carretera para colgarse en una de sus habitaciones. ¿Se repite la historia en 'Mr. Lucky'? Es posible. El final de 'We let her down', la chica abandonada por sus padres y cuyo novio no supo darse cuenta lo necesitada que estaba de ayuda, termina con un enigmático "espero que ahora esté en algún lugar donde nadie pueda herirla otra vez".
Es cierto que la temática de las canciones de Chris Isaak casi siempre llevan al mismo sitio: mujeres crueles, chicos sensibles, dolor, mal de amores y la tristeza anidada en el corazón como nueva forma de vida y belleza. ¿Y? Otros antes basaron su carrera en términos parecidos y no les fue nada mal.
Tras siete años de parón discográfico sólo roto por la edición de un grandes éxitos y un dvd navideño, el que un día fuera boxeador y trabajase como comercial de una funeraria viviendo en una habitación del piso de arriba de la misma no ha estado quieto. Todos conocemos sus escarceos en el mundo del cine. Desde el padre del protagonista de 'El pequeño Buda' de Bertolucci a los policías de 'El silencio de los corderos' o la versión para cine de Twin Peaks 'Fuego, camina conmigo', por no hablar de sus apariciones en series de tv de éxito como 'Friends'.
A su trabajo como actor, hay que sumarle la cantidad de canciones suyas que han sido utilizadas en películas de éxito. Basta recordar el exitoso 'Wicked game' como sostén de la historia de Sailor y Lula en 'Wild at Heart' de David Lynch o 'Baby did a bad bad thing' en la obra póstuma de Kubrick 'Eyes wide shut'.
Los propios vídeos promocionales de los singles de sus discos han sido muchos de ellos pequeñas obras de arte visuales. David Lynch o fotógrafos como Bruce Weber y Herb Ritts le han dirigido en varios, siempre acompañado de bellísimas mujeres.
El siglo XXI lo comenzó olvidándose un poco de la música y centrándose en la comedia televisiva 'The Chris Isaak show', donde él y los miembros de su banda se interpretaban a sí mismos en situaciones delirantes, como la de las reuniones de Chris con su mánager, una mujer que se las arreglaba para estar desnuda la mitad del tiempo y recibía a sus clientes en el sótano de un bar donde había instalado una cama redonda. La serie se mantuvo cuatro años en antena con 47 episodios de los que desde aquí exijo que alguna cadena, estatal, de pago, digital o lo que sea, los compre inmediatamente.
El que Chris Isaak haya editado nuevo disco no significa que deje de lado su faceta televisiva. Acaba de estrenar nuevo programa, 'La hora de Chris Isaak', donde cada semana lleva como invitados a músicos con los que se dedica a charlar de sus carreras, los éxitos y fracasos, y tocar unas cuantas canciones juntos. Vamos, lo que harían dos músicos cuando se juntan en privado pero con cámaras delante. Bueno, supongo que con las cámaras no se dedicarán a poner verde a compañeros, críticos, mánagers y profesionales, que es una cosa que hacen mucho los músicos cuando se reúnen. Algunos de los invitados que han pasado por el programa han sido Michael Buble, Stevie Nicks, los Smashing Pumpkins o el cantante anteriormente conocido como Cat Stevens, Yusuf Islam.
'Mr. Lucky' llega a las tiendas lleno de canciones de desamor y desesperación en formato de balada, rockabilly, rock n’ roll y con guiños al country la música popular hawaiana, una de las favoritas de Chris Isaak, que no duda en regalar los oídos de las redactoras cuando le entrevistan con alguna cantinela típica de las islas, tal y como le hizo a una popular periodista musical española cuando estuvo en nuestro país en una de sus últimas visitas promocionales.
El disco se ha editado en varios formatos para desesperación de sus seguidores. Esto no es algo nuevo en la carrera de Chris Isaak. En los comienzos del cd solía editar cd singles de sus canciones en diferentes formatos (funda de cartón, caja de plástico fina, caja de plástico gruesa) con caras b diferentes en cada single y no incluidas en los lps (y algunas mejores que las del repertorio de los lps), volviendo locos a sus fans para intentar conseguir todo el material, ya que los formatos y las caras b variaban según el país de edición de los discos. Ahora, 'Mr. Lucky' aparece en edición normal, edición con temas extra si lo compras directamente en su web (donde además te regalan una litografía dibujada por él) y con otros temas diferentes de extra si la compra la haces a través de descarga digital. Y con tanto mareo luego pretenden que no nos bajemos cosas de la red. ¡Si es que no hay presupuesto que permita tanto desmadre de ediciones!
Pasados los 50 años de vida, Chris Isaak sigue manteniendo su tupé, su nariz partida recuerdo de los viejos tiempos de boxeador en Japón y su cara incombustible como un Dorian Gray rockero. ¿Tendrá algo que ver que a uno de sus discos lo llamase 'Speak of the devil'? No sé, pero supongo que su amor al aire libre y la playa y el que aproveche cualquier momento libre para ponerse el traje de neopreno y tirarse al mar a pillar olas con su tabla de surf, seguro que también ayuda.
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