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Londres plantea un acercamiento a Hamás para lograr la paz

EUROPA PRESS
Actualizado 08-03-2009 21:03 CET

LONDRES.-  Reino Unido no sólo ha abanderado esta semana una nueva iniciativa de diálogo con Hezbolá, principal organización libanesa y considerada como terrorista en la lista negra de Washington, sino que ha declarado además a Egipto como portavoz oficial del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), la fuerza en control de la Franja de Gaza y también clasificada terrorista por el Gobierno estadounidense. Es el principio de una estrategia que pasa por aceptar a grupos tradicionalmente aislados para conseguir la paz en Oriente Próximo.

La clave está en las recientes declaraciones del ministro de Estado para Asuntos Exteriores Británico, Bill Rammell. "Hemos reconsiderado nuestra posición en Líbano tras el avance positivo experimentado en el país", anunció en referencia al nuevo Gobierno de unidad aprobado el verano pasado y por el que Hezbolá adquiría derecho de veto, pero que ha logrado calmar el país tras un largo período de inestabilidad política y conflicto abierto con Israel.

La formación del Gobierno de unidad libanés terminó sellando la derrota de la administración Bush a la hora de establecer un Gobierno proestadounidense. El nuevo Ejecutivo de Beirut está profundamente influenciado por Siria y por Irán a través de la puerta de entrada que es Hezbolá, reconocido esta semana por Londres como un actor político absolutamente imprescindible con el que es necesario negociar.

Con matices, Hamás es actualmente el equivalente de Hezbolá en la Franja de Gaza por lo menos en lo que a relevancia popular se refiere. Es el vencedor de las elecciones celebradas en 2006 y actualmente controla absolutamente la región tras la toma de poder sobre Gaza en 2007, relegando a Cisjordania al grupo moderado Al Fatá liderado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Si bien Reino Unido mantiene que no tiene pensado negociar directamente con Hamás, sí que acepta que hablar con un Gobierno portavoz del grupo, Egipto en este caso. El Cairo es "el nominado para hablar por Hamás no sólo porque se lo haya pedido la Liga Árabe, sino porque se lo ha pedido el mundo entero", declaró Rammell. "Hay otros que hablan con Hamás y creo que es lo correcto, y creo que deberíamos permitir que los egipcios asuman esta iniciativa", añadió en declaraciones recogidas por el magacín 'Time'.

"NO VA A DESAPARECER"

Es decir, se trata de integrar a Hamás dentro del marco de un proceso de paz. Es una postura que poco a poco muchos implicados están comenzando a entender. El ex ministro de Exteriores israelí y principal negociador de Tel Aviv en las conversaciones de paz de Camp David en 2000, Shlomo Ben Ami reconoció hace dos semanas que "Hamás no va a desaparecer, guste o no".

"Desde su victoria en las elecciones democráticas en 2006", añadió Ben Ami, "Hamás ha sostenido su presencia en la sociedad palestina a pesar de los intentos para destruir su influencia a través del bloqueo económico, el boicot político y las incursiones militares". "Esta aproximación no funciona y es necesario hallar una nueva estrategia", indicó.

La opinión de Ben Ami no es única. Veteranos negociadores de paz para Sudáfrica e Irlanda como Chris Patten o Paddy Ashdown apoyan su postura. Pero sobre todo destaca el criterio del antiguo enviado de Naciones Unidas del Cuarteto para Oriente Próximo (la UE, Estados Unidos, Naciones Unidas y Rusia), quien advirtió explícitamente de que las condiciones de negociación con Hamás impuestas por el Cuarteto son "una barrera absolutamente inabordable para comenzar las negociaciones".

A Hamás se le pide que reconozca la existencia de Israel y cese inmediatamente cualquier acto de violencia contra el Estado hebreo. Sucede que la Franja lleva inmersa en una gravísima crisis humanitaria a causa del bloqueo económico a la que está sometida y que desaparecerá en cuanto cumpla estas condiciones. Para De Soto, esta solución es "ostracista" y niega toda posibilidad de una vía diplomática que alivie la tremenda presión a la que están sometidos los casi dos millones de habitantes de la región.

Estados Unidos no quiere ni oír hablar de la posibilidad de conceder a Hamás, por sí sola, el más mínimo espacio para la negociación. Pero quizás se comprometería con un Gobierno de unidad palestino. En una entrevista concedida el pasado jueves a la cadena CNN, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, consideró que la "ausencia de consenso en Hamás a la hora de aceptar los principios adoptados por los actores internacionales hace incomprensible que alguien pueda colaborar" con la organización islamista.

"Hamás no es sólo un grupo terrorista, sino un cliente cada vez mayor de Irán", añadió Clinton, quien defiende la existencia de un estado palestino pero controlado por la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas, actual Gobierno de facto en Cisjordania. El problema es que la AP es considerada por los palestinos como un gobierno corrupto e inútil, principal motivo por el que Hamás se alzó con la victoria en los comicios celebrados hace tres años.

GOBIERNO DE UNIDAD

Ahora mismo, Hamás y Al Fatá se encuentran inmersos en un complicado proceso de negociación para restaurar el gobierno de unidad disuelto en 2007. Hay recelos por ambas partes pero sobre todo es Mahmud Abbas quien se encuentra especialmente expuesto: aceptar un acuerdo con Hamás debilitaría las relaciones con Estados Unidos, pero al mismo tiempo es consciente de que el Movimiento de Resistencia goza de un enorme apoyo popular y solidez política.

Hamás ha resistido con mas o menos éxito un asedio económico de 18 meses de duración y una tremenda ofensiva militar israelí de 22 días de duración. Y tiene todas las papeletas para derrotar a Abbas en las elecciones del año próximo, así que el tiempo apremia.

Una señal de esperanza son las declaraciones del enviado especial del presidente Obama a Oriente Próximo, George Mitchell, para el que es esencial que la situación en Gaza se estabilice a través de un alto el fuego y la reconstrucción de la Franja.

Según el magacín, Washington ha animado tácitamente a la celebración de las conversaciones de un Gobierno de unidad, pero se desconoce hasta qué punto está dispuesto a aceptar a Hamás en este hipotético Ejecutivo palestino, porque hay que tener en cuenta que Israel se encuentra ahora bastante alarmado por una posible reincorporación de Hamás como fuerza política reconocida.

El primer ministro israelí designado, Benjamín Netanyahu, insiste continuamente no sólo en el boicot al grupo islamista, sino a cualquier Gobierno del que pueda formar parte. Es una aproximación bastante radical que podría terminar descarrilando cualquier esfuerzo de negociación que Londres o Washington pudieran emprender en la zona.

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