Roma.- El padre de Eluana Englaro, la joven en coma vegetativo a la que el Tribunal Supremo italiano autorizó a morir, pretende denunciar al cardenal mexicano Javier Lozano Barragán por haber hablado de asesinato en referencia a la muerte de su hija, acaecida el pasado 9 de febrero.
"Tengo intención de denunciar al cardenal Barragán que ha hablado de asesinato. Mis abogados están valorando sus afirmaciones. Yo recuerdo su arrogancia hacia mí en una mesa redonda" organizada por una revista, afirma Giuseppe Englaro, padre de Eluana, en una entrevista que publica hoy el diario "Corriere della Sera".
"Me molestó, sobre todo, cuando al final subrayó que sentía simpatía hacia mí. Pero cardenal, le dije si me trata como un asesino quiere decir que no me tiene mucha simpatía", añade el padre de Eluana sobre el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.
El tutor legal de la joven, principal promotor de una batalla judicial que duró más de una década, explica cómo recibió la noticia del fallecimiento de su hija, acaecido en la casa de cuidados "La Quiete" de Udine (noreste de Italia), y cómo vivió los días posteriores.
"Estaba en casa, en Lecco, cuando me llamó (el anestesista Amato) De Monte: 'Tu hija ha muerto'. Me quedé paralizado. No me lo esperaba. Hasta ese momento estaba empeñado en hacer todo lo posible porque no se suspendiera el decreto" que permitía dejar de alimentar a Eluana, explica Giuseppe Englaro.
"Y sin embargo -agrega- ella se fue de repente. Entendí que era el momento de estar presente. Si antes sus cuidados eran un asunto de enfermeros, ahora me tocaba a mí estar cerca".
Eluana falleció el 9 de febrero, mientras el Gobierno italiano hacía lo posible por aprobar una ley que impidiera su muerte, y su padre llegó un día después a Udine, al tanatorio, donde pudo ver el cuerpo de su hija.
"Me quedé solo con ella. Fue desgarrador, en el mismo modo en el que en 1992, el día después del accidente de tráfico, fui al hospital de Lecco. Allí estaba: delante de mí tenía a mi hija, inerme, con los ojos cerrados. Un impacto devastador, no estaba preparado, pero quizá para eso nunca se está preparado", comenta el padre de Eluana.
Por el momento, Giuseppe Englaro no siente ninguna nostalgia ni se lamenta de todo lo que ha hecho por lograr que el Tribunal Supremo de su país reconociera el pasado noviembre una sentencia que permitía suspender la alimentación artificial de su hija, en coma vegetativo durante 17 años.
"No extraño nada de lo que tenía, porque con Eluana se ha ido también el sufrimiento de verla ahí, en una cama de hospital, rehén de manos ajenas", dice Giuseppe Englaro.
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