Washington.- El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner explicó hoy ante el Comité de Finanzas del Senado algunos detalles adicionales sobre el plan aprobado recientemente por el presidente, Barack Obama, para ayudar a evitar ocho millones de ejecuciones hipotecarias.
Según el funcionario, el programa de 75.000 millones de dólares, por una parte, permitirá a entre cuatro y cinco millones de personas refinanciar sus hipotecas y, por otra, dará subsidios a otros cuatro millones de prestatarios y sus prestamistas en problemas para reducir sus pagos y bajar las tasas de interés hasta el 2%.
"A partir de hoy mismo damos a los prestamistas los detalles que necesitaban para empezar la ayuda a los prestatarios elegibles", señaló el funcionario.
Como parte del plan, los compradores que tengan una hipoteca actualmente en manos de las firmas Fannie Mae o Freddie Mac, que desde octubre están virtualmente nacionalizadas, podrán refinanciarla, aun si el monto de su préstamo es más del 80 por ciento del valor presente de la propiedad.
El Departamento del Tesoro sostiene que los potenciales beneficiarios de esta posibilidad son entre cuatro y cinco millones de dueños de vivienda.
No se beneficiarán, sin embargo, quienes deban más de 730.000 dólares ni afectará a aquellas propiedades en manos de inversionistas, es decir, de quienes compran casas para hacer negocio y no como residencia personal o familiar.
Este plan, añadió Geithner, terminará a finales de 2012 y los prestamistas recibirán un pago de 1.000 dólares por cada modificación de préstamo que hagan, además de una "recompensa" de 1.000 dólares por año por cada hipoteca que se pague puntualmente.
Si los propietarios hacen sus pagos puntualmente el Gobierno también les recompensará con reducciones en su deuda principal de hasta 1.000 dólares por año, por hasta cinco años.
El plan del Gobierno de Obama incluye otra parte que, de acuerdo con el secretario del Tesoro, ayudará a unos cuatro millones de propietarios cuyos pagos mensuales han subido rápidamente debido a que la tasa de interés de sus préstamos, inicialmente fija, ha llegado a la fase en que es variable, pero no pueden vender sus casas porque los precios de la vivienda han caído sustancialmente.
Según este programa, los prestamistas deben reducir los pagos mensuales de las hipotecas de manera que la cuota para el prestatario no sea superior al 38 por ciento de sus ingresos.
El Gobierno entonces otorgará un subsidio al propietario para reducir sus pagos mensuales al 31 por ciento de sus ingresos.
Geithner explicó que al final del proceso la tasa de interés de esas hipotecas modificadas podría bajarse hasta el 2 por ciento.
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