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Difícil estreno de Hillary Clinton como mediadora en Oriente Próximo

EFE
Actualizado 02-03-2009 19:52 CET

Jerusalén.-  La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se estrena mañana como mediadora en Oriente Próximo con una meta difícil de alcanzar: impulsar la negociación en medio de un calendario post-bélico y post-electoral que frena el entendimiento.

A Clinton no le faltarán los obstáculos que superar ante la ausencia de un acuerdo de tregua tras la guerra que concluyó en enero en Gaza y la perspectiva de un gobierno de la derecha más intransigente después de los comicios de febrero en Israel.

El propósito de Clinton -que se reunirá el martes con los líderes del Estado judío y el miércoles con los de la Autoridad Nacional Palestina (ANP)-, no es otro que desatascar la negociación que ambas partes iniciaron a fines de 2007 en Annapolis (EEUU).

Conocida como el "proceso de Annapolis", la negociación, que toma el nombre del pueblo en que vio la luz, es la más seria entre Israel y la ANP desde que el fracaso de la de Camp David abortara los esfuerzos de paz y desembocara en 2000 en la Segunda Intifada.

A pesar del escepticismo que generó desde el principio, ese proceso negociador ha permitido que por primera vez en esta década ambas partes trabajen sobre la base de establecer un estado palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental (árabe).

Pero el rosario de escándalos de corrupción que obligó al primer ministro israelí, Ehud Olmert, a anunciar su dimisión -y que por extensión, precipitó el adelanto de elecciones generales en Israel-, detuvo en septiembre del año pasado las conversaciones.

Y el paréntesis se convirtió en parón a consecuencia de la cruenta ofensiva militar que a los tres meses el Estado judío lanzó, el pasado diciembre en Gaza, en respuesta al disparo de cohetes desde la franja palestina, controlada por el movimiento islamista Hamás.

La ofensiva concluyó el 18 de enero después de tres semanas de ataques que dejaron en Gaza 1.400 muertos, civiles en su mayoría.

Y el volátil alto el fuego declarado ese día de manera unilateral tanto por Israel como por Hamás no ha sido apuntalado luego por un acuerdo de tregua ante la exigencia israelí de que se libere antes al soldado Gilad Shalit, secuestrado en junio de 2006 en la frontera entre Gaza e Israel de 2006 por varias organizaciones armadas palestinas, entre ellas el propio grupo islamista.

Lo cierto es que un acuerdo de tregua conduciría ineludiblemente a la apertura de los pasos fronterizos de la franja, algo a lo que Israel se resiste porque Hamás podría presentarlo como un triunfo político que pondría fin al bloqueo del territorio palestino.

Entretanto no ha cesado el disparo de cohetes desde Gaza -más de un centenar de proyectiles durante el actual alto el fuego-, ni las amenazas de Israel de reanudar sus ataques masivos, lo que de producirse volvería a poner en una delicada situación a la ANP.

Tampoco incitan al optimismo los resultados de las elecciones israelíes del pasado 10 de febrero en la medida en que han dado pie al partido conservador Likud de Benjamin Netanyahu a comenzar a perfilar con la extrema derecha el nuevo gobierno del Estado judío.

El centrista Kadima de Tzipi Livni, decidida partidaria del compromiso con los palestinos moderados, ganó los comicios pero apenas sólo por un escaño de diferencia: 28 frente a 27 del Likud.

Y la aritmética parlamentaria en la nueva cámara, donde la derecha es mayoritaria, ha ofrecido a Netanyahu la posibilidad de gestionar la formación de un ejecutivo con partidos que comparten con el Likud el rechazo a las concesiones territoriales.

En lo que parece un anticipo de la política de derecha radical que se avecina en Israel, la organización "Paz Ahora" denunció hoy que el Ministerio de Vivienda planea construir al menos 73.000 unidades de vivienda en asentamientos de Cisjordania.

De materializarse, ese proyecto duplicaría el número de colonos judíos que residen en ese territorio palestino bajo ocupación y donde ya hay unos 300.000, según la organización.

Fuentes próximas al jefe negociador palestino, Saeb Erekat, dijeron a Efe que, en este contexto, la ANP se plantearía dar carpetazo a las formula de "dos estados", que guía el proceso de Annapolis, si no se detiene la construcción en los asentamientos.

El portavoz del ministerio israelí de Exteriores, Igal Palmor, se limitó a subrayar que la visita de Clinton es "sólo para informarse de lo hecho hasta ahora", y recordó que, habida cuenta del carácter saliente del gobierno en Israel, "no es hora de tomar iniciativas".

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