Roma.- El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, recibió hoy de manos del Jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano, las llaves de la iglesia rusa de Bari (sur) que pasa así a ser del Patriarcado ortodoxo de Moscú.
La entrega de esta iglesia a Rusia fue el acto principal de la breve visita, sólo algunas horas, que Medvédev realizó hoy a Italia, ya que esta simbólica ceremonia se tenía que haber celebrado el pasado 6 de diciembre, pero se suspendió tras la muerte del patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Alexis II.
Además de los mandatarios de Rusia e Italia, el acto se celebró ante la presencia del representante del Vaticano el cardenal Salvatore De Giorgi y del Patriarcado ortodoxo ruso el obispo Egorievsk Mark, así como de los ministros de Exteriores de ambos países, Franco Frattini y Serghei Lavrov.
La iglesia fue construida por la comunidad rusa de Bari en 1913 para acoger a los peregrinos que acudían a esa ciudad para venerar a su patrón, San Nicolás.
El acuerdo sobre la devolución de la Iglesia rusa de Bari al Patriarcado de Moscú fue alcanzado en marzo de 2007 por los entonces presidente y actual jefe de Gobierno ruso, Vladímir Putin, y primer ministro italiano, Romano Prodi.
Además, la entrega de este templo se interpreta como una etapa importante en el diálogo entre el Vaticano y la Iglesia ortodoxa rusa, que podría abrir las posibilidades para una posible visita del papa Benedicto XVI a Rusia, a la que siempre se opuso Alexis II.
En el mensaje que envió el Papa para este acto y que leyó el cardenal De Giorgi, el Pontífice deseó que este templo siga siendo "un puente natural hacia Oriente" y que ofrezca "su valiosa contribución para el camino que llevará a la plena unidad entre los cristianos".
Por su parte, el mandatario ruso consideró la restitución de la iglesia "un gesto de gran significado para Rusia e Italia y que confirma la profunda relación que existe entre las culturas y pueblos de ambos países".
Durante su visita, Medvédev también mantuvo una reunión de trabajo con Napolitano en la que se afrontaron temas relacionados a la cooperación entre ambos países y se habló de las próximas reuniones del G20 en Londres y del G8, que se celebrará este año en Italia.
El verdadero encuentro bilateral se producirá el próximo 6 y 7 de abril cuando Silvio Berlusconi vuelva a Moscú -ya estuvo el pasado noviembre- acompañando a los dirigentes de cerca 800 empresas italianas interesadas en invertir en el mercado ruso.
El presidente ruso viajará a continuación a España, la primera visita a un país miembro de la Unión Europea (UE) desde que asumió la jefatura del Kremlin en mayo de 2008.
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