Nueva York.- Después de dos inyecciones multimillonarias para tratar sin éxito de estabilizar a Citigroup, el Gobierno de EE.UU. ha decidido aumentar hasta el 36% su participación en el banco, uno de los mayores de Estados Unidos y con más problemas.
"Este anuncio debería tranquilizar a quienes estaban preocupados por una nacionalización", se apresuró a apuntar hoy el consejero delegado de Citi, Vikram Pandit, poco después de que se anunciara que el Gobierno estadounidense convertirá en acciones comunes del banco parte de los títulos preferentes que tiene.
Con esta operación los contribuyentes, que de forma indirecta ya han inyectado 45.000 millones de dólares en el que fuera el mayor 'supermercado financiero' del mundo, pasarán a ser los mayores accionistas de la entidad, reemplazando así al príncipe saudí Alwaleed bin Talal.
La operación consiste en que Citi ofrecerá a los titulares de acciones preferentes hasta 27.500 millones de dólares en nuevas acciones comunes, a un precio de 3,25 dólares cada una, lo que implica una prima del 32% respecto de los 2,46 dólares a que cerraron el jueves.
Así, el Gobierno canjeará hasta 25.000 millones de dólares que tiene en títulos preferentes (conseguidos en contraprestación de las inyecciones de capital) por acciones comunes (que dan voz y voto en el banco), sin que ello implique algún desembolso adicional.
Washington elevará de esta forma del 7,8% al 36% su participación en el banco, que se convertirá en uno de los más capitalizados del país, en un momento en que casi todas las entidades acusan de una u otra manera una crisis que ha dejado sus balances tambaleándose y ha congelado la actividad crediticia que les ayudaría a salir del atolladero.
"Por supuesto que el Gobierno tiene una cantidad significativa de acciones comunes, pero mantenemos nuestro compromiso con todos los accionistas de darles una excepcional rentabilidad una vez que salgamos de este ciclo", explicó Pandit para evitar la fuga de los inversores actuales, conscientes de que su participación actual podría descender hasta el 26%.
Aún así, Citi cayó hoy en la Bolsa de Nueva York el 39% y cerró a 1,5 dólares por acción, un precio ridículo frente a los más de 50 dólares de hace dos años; al tiempo que Moody's bajó la calificación que otorga al banco y Standard & Poor's cambió a negativa su previsión de calificación (lo que quiere decir que la mantiene, aunque aumentan las posibilidades de que en un futuro la rebaje).
"Este intercambio de acciones no supone un nuevo desembolso para los contribuyentes y no cambia la estrategia del banco o su gestión. Nuestros clientes y socios no se verán afectados y seguirán recibiendo el mismo nivel de servicios que esperan de él en todo el mundo", insistió Pandit en una conferencia con analistas.
La conversión de acciones está abierta también a otros socios y, según el banco, ya han mostrado interés el propio príncipe saudí y otros inversores habituales de Citigroup.
Según el Tesoro, sus acciones preferentes que no sean convertidas se mantendrán en un fondo a un tipo de interés del 8% anual.
Esta operación es una de las más drásticas adoptadas hasta ahora por Washington para evitar el colapso de una institución que, según los analistas, es demasiado grande como para permitir su derrumbe.
La lección aprendida con Lehman Brothers, a la que se dejó morir, hace que el Gobierno tenga muy presente el daño que puede causar el derrumbe de un coloso financiero de tal magnitud.
Esa preocupación le llevó a tomar una participación mayoritaria en AIG, la que fuera la mayor aseguradora del mundo, y a intervenir los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac.
Además, la operación marca una nueva fórmula de intervención pública que se podría replicar en otras entidades que el Gobierno detecte que no están suficientemente capitalizadas como para aguantar nuevas embestidas de la crisis.
Citi aún tiene incluidos en sus cuentas 300.000 millones de dólares en activos que se han vuelto prácticamente incobrables, debido al derrumbe del mercado inmobiliario y al estallido de la burbuja creada por la proliferación de instrumentos de deuda respaldada por hipotecas en muchos casos de alto riesgo.
Como parte del acuerdo con Washington, Citi renovará su Consejo de Administración para que esté formado en su mayoría por consejeros independientes.
Además, ha anunciado la suspensión del reparto de dividendo y la amortización de 9.600 millones de dólares para reflejar la caída del valor de su fondo de comercio debido al progresivo deterioro del mercado financiero.
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