En la tienda donde Penélope se enamoró de su vestido vintage

LOS ÁNGELES.-  En el número 9044 de Burton Way, en Beverly Hills (Los Ángeles), se encuentra Lily et Cie, una de las mejores tiendas de ropa vintage del mundo. Allí la semana pasada Penélope Cruz encontró el vestido de su vida, con el que pocos días después recogió el Óscar. Soitu ha visitado la boutique para ver cómo se conserva una colección de más de 100.000 piezas vintage y cómo se lidia con las 'celebrities' más exigentes de Hollywood.

La tienda, que es un poco caótica, está regentada por Rita Watnick, un personaje excéntrico, arrogante y un poco alocado. Qué menos para una mujer que lleva 30 años coleccionando bolsos, joyería y vestidos del siglo pasado. Si lees las críticas sobre Lily et Cie en la red— describen a la dueña como un monstruo—, no querrás aparecer por allí ni en la peor de tus pesadillas. Sin embargo, el trato con Soitu fue muy amable y correcto.

Piensa en cualquier diseñador que haya influenciado, aunque sea mínimamente, el mundo de la moda y encontrarás una pieza de él en la boutique de Watnick. Piezas únicas de Pertegaz, Balenciaga, Chanel, Valentino, Givenchy, Yves Saint Laurent, Chistian Dior..., por citar a algunos, porque en la colección de esta amante de lo vintage están todos. "Cuando era joven trabajé para Cartier y Valentino. Por aquel entonces ya empecé a coleccionar y luego monté la tienda", explica.

Según Watnick, Penélope Cruz, que es clienta habitual, fue la mejor vestida de los Óscar. Le siguieron Natalie Portman y Anne Hathaway. La dueña de Lilys at Cie no quiere ni oír hablar de las informaciones que apuntan a que Penélope se presentó en la gala vestida de novia. "Por favor, eso sólo puede pensarlo alguien que no esté educado en moda. El blanco no significa novia. Es simplemente un color elegante." Y mucho menos quiere hablar del precio del vestido —los rumores apuntan a que ronda los 100.000 dólares—. "Nadie sabrá nunca lo que costó el vestido. Lo importante es que es una pieza única y especial y que Penélope estaba fantástica".

Rita Watnick y su equipo trabajaron más de 200 horas para poner a punto el modelo de los años 50, de Pierre Balmain, que lució la actriz española. Penélope se decidió por su vestido final con muy poco tiempo de antelación, lo que provocó que algunas noches apenas durmieran para tenerlo listo. "Mereció la pena el trabajo duro", asegura la coleccionista. Durante la mañana que soitu visita este museo de moda, Watnick recibe una llamada de una clienta interesada en la gargantilla de Chopard que lucía en su cuello la recién oscarizada. "He llamado a Chopard y parece que se la podemos conseguir".

Desde el primer momento que entras en el local, Watnick te deja claro que no esperes encontrar ropa 'normal' con precios asequibles. "Son piezas únicas, piezas de museo". De hecho, no quiere que mires demasiado entre lo que tiene expuesto. "Ahí no está lo bueno. Lo realmente impresionante está en estas cajas", se apresura a decir. Los más de 50.000 vestidos que componen la colección están guardados en cajas blancas, en enormes estanterías que componen la trastienda. La selección cuenta con piezas tan especiales como un Coco Chanel de los años 30.

Es imprescindible para conservar el buen estado de las piezas vintage que no se cuelguen en perchas y que no se cubran de plástico. Así que ya sabes: si quieres conservar un vestido de tu abuela, ni se te ocurra meterlo en el armario como uno más. "Siempre en cajas. Y de vez en cuando lo sacas y lo dejas respirar. Como si fuera un ser humano", sentencia la experta.

Penélope no es la única 'celebrity' que se deja en manos de Watnick. Demi Moore, Jennifer López, Renée Zellweger o las gemelas Olsen son algunas de las actrices que se han paseado por la alfombra roja con vestidos de Lyly et Cie. El procedimiento es siempre el mismo. Las actrices llegan y se dejan llevar por la dueña. "Yo les saco lo que creo que puede quedarles bien y ellas eligen".

PD:

Si te gusta la ropa vintage y te dejas caer por Los Ángeles no dejes de visitar 'A little vintage', también en Beverly Hills. Una opción un poco más asequible, con algunas prendas que no están firmadas por grandes diseñadores, pero que no por ello son menos interesantes.