Barcelona.- La policía controlará, bajo riesgo de sanción, que todos los coches que circulen por el futuro carril para vehículos de alta ocupación (VAO) de la autopista C-58, cuyas obras de construcción se han iniciado esta semana y acabarán en diciembre de 2011, tengan un mínimo de tres ocupantes.
La Generalitat ha fijado inicialmente en tres el número de personas que tendrán que viajar en un mismo vehículo para circular por esta nueva vía, reservada también a autobuses, que cubrirá los cerca de siete kilómetros que separan Ripollet de la avenida Meridiana de Barcelona.
Josep Mir, presidente de la empresa pública Tabasa, encargada de las obras, ha explicado hoy que el carril bus-vao, que discurrirá, en su mayor parte, por la actual mediana de la autopista, estará segregado del resto de la calzada, lo que impedirá a los vehículos que entren en la vía salir de ella hasta el fin del trazado.
"Todo conductor que entre en el carril corre el riesgo de ser multado", ha señalado Mir, que ha destacado que el método "más claro" de control de acceso de los vehículos será el policial.
No obstante, la Generalitat "no descarta" que pueda aplicarse también un sistema automático de detección de los ocupantes de un automóvil, según los resultados que se obtengan en los túneles de Vallvidrera, donde esta tecnología se empezará a probar en los próximos meses.
En cualquier caso, ha subrayado Mir, "sería un elemento adicional de control", pues el principal, ha insistido, será la presencia policial.
La Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Copcisa y OHL ha iniciado esta semana los trabajos previos a la construcción del futuro carril bus-vao de la C-58, que tiene un presupuesto de 80 millones de euros, según ha apuntado el conseller de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal.
La obra, que durará unos tres años, ha de contribuir a mejorar la movilidad entre el Vallés Occidental y el Barcelonès, ya que el tramo de la C-58 en el que se construirá el carril registra la mayor intensidad de tráfico de toda Cataluña, con más de 150.000 vehículos diarios.
El grueso de las obras se iniciarán en abril, una vez que finalicen las actuaciones preliminares que se están llevando a cabo, como los estudios de topografía o el desvío de los servicios afectados, como las líneas telefónicas, eléctricas o las conducciones de gas y agua.
El conseller Nadal ha explicado que se trata de una obra "compleja", ya que se ejecutará en una zona de alta densidad de tráfico, aunque se llevará a cabo por tramos, para que provoque "las menores interferencias posibles" en la circulación.
"Las mayores afectaciones serán puntuales, como la interrupción de un carril, pero se harán siempre de noche y en fin de semana", ha indicado el presidente de Tabasa.
Casi todo su recorrido se construirá a nivel de la actual C-58, aprovechando el centro de la calzada, aunque en el tramo entre Montcada y Ciutat Meridiana se alzará un viaducto sobre el que circularán los coches y autobuses.
La construcción de esta estructura se llevará a cabo sin tener que cortar el tráfico, aunque obligará a estrechar la anchura de los carriles hasta los tres metros.
El carril bus-vao tendrá una longitud total de 6,82 kilómetros y su funcionamiento será reversible, de forma que los dos carriles tengan el mismo sentido de circulación, en función de las necesidades de movilidad.
En todos los ámbitos de las obras la velocidad se reducirá a 80 kilómetros por hora.
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