Familias de Castilla y León con niños con implantes cocleares piden más apoyo y refuerzo escolar

Valladolid.-  Las entre sesenta y setenta familias de Castilla y León con niños sordos con implantes cocleares han demandado hoy, día internacional de esta técnica auditiva, más apoyo y un refuerzo de la atención educativa para unos escolares que llegan a hablar hasta idiomas y seguir, por el momento, estudios medios.

Así lo ha explicado hoy a Efe el presidente de la Asociación de Implantados Cocleares de Castilla y León, Alfonso Benítez, quien ha animado a las administraciones a "que apuesten" por este avance tecnológico, que financia la Seguridad Social en cuanto a operación pero que tiene unos elevados costes de mantenimiento.

Se trata de que "cuando se escuche hablar de un implante coclear sea lo mismo que cuando se habla de un marcapasos", ha observado Benítez, para quien los resultados de esta técnica son los que deben animar a las administraciones a apoyar más a las familias y a reforzar la atención educativa.

Los resultados son sorprendentes, con niños con sordera profunda que tras ser implantados pueden seguir estudios en un centro educativo general, conversar por teléfono y no tienen problemas para hablar otros idiomas, ha referido el presidente de AICCYL.

En Castilla y León son un centenar los sordos con implante coclear, con entre sesenta y setenta familias con padres y niños implantados que forman parte de esta Asociación, y que hoy celebran el 52 aniversario del primer implante a cargo de Djurno y Eyres en Francia.

Un implante coclear es un transductor que transforma las señales acústicas en eléctricas que estimulan el nervio auditivo, según ha resumido Benítez, para quien esta técnica permite una "mayor integración en la sociedad", a pesar de que reconoce que "no todo es magia y las familias tienen una tarea de apoyo educativo en las casas" para ayudar a vencer las dificultades.

Un implante coclear puede costar entre 36.000 y 42.000 euros, que corren a cargo de la Seguridad Social, pero no así el alto coste de mantenimiento del aparato, su seguro, la pila diaria que gasta o los accesorios que requiere. Por el momento han logrado una ayuda "puntual" de trescientos euros para cinco años, "un pequeño paso" por el que había que comenzar.

Benítez, con una hija de 12 años que fue implantada inicialmente en un oído con 22 meses y con siete años en el otro, ha defendido los resultados sorprendentes de esta técnica a la hora de lograr una integración plena, y ha destacado la importancia por apostar por la misma "desde edades muy tempranas", con casos de operados con ocho meses que tienen por delante "un futuro esperanzador".

Aunque "el colectivo de sordos no ha aceptado en principio bien el implante", el presidente de AICCL no ha querido "entrar en esa guerra", ha respaldado "su libertad para defender la lengua de signos" y ha apostado por la colaboración y relaciones cordiales con la Federación de Sordos de la Comunidad.

Ha destacado, no obstante, que dos familias con padres sordos y hijos que también lo son han apostado por implantar a sus hijos, un "paso muy importante".

Para celebrar esta jornada, el colectivo premiará la labor educativa del Colegio Niño Jesús de Valladolid, que hace quince años admitió al primer niño implantado y que actualmente tiene una docena de escolares en sus aulas con esos dispositivos, y con profesores que se han adaptado "y cambiado su estrategia" para mejorar la atención.

El éxito es tal, que esos primeros niños ya estudian la ESO y el Bachillerato, ha explicado Benítez.

Cada vez son más los escolares implantados que acuden a colegios sin más apoyo del que se presta en general a los discapacitados, aunque el responsable regional de AICCL ha pedido un "especial refuerzo en la etapa educativa", con especialistas en logopedia, acondicionamiento de las aulas a los ruidos o refuerzos escolares que permitan una mejor integración y ahorren costes en el futuro.