Últimas horas con Penélope antes de la alfombra roja

LOS ÁNGELES.-  A pocas horas de recorrer la alfombra roja, Penélope Cruz organizó un encuentro 'informal' con algunos periodistas en el Hotel Mondrian de Los Ángeles. Soitu ha estado con ella para saber cómo vive estos momentos tan importantes para su carrera.

Recién llegada de recoger el Spirit (premios de cine independiente) a la Mejor secundaria, por su papel en Vicky Cristina Barcelona, la actriz española apareció en la pequeña sala del hotel con aspecto de cansada. "No me ha dado tiempo a asimilar todo lo que me está pasando. Ha habido días en los que he estado tan agotada que creía que me iba a desmayar en cualquier momento. Hoy voy a intentar dormir como sea. Aunque no me quejo, soy una afortunada".

A pesar del cansacio, Penélope tiene ganas de hablar de cine. "Yo le decía a Woody que María Elena era demasiado histérica, que me dejase hacer alguna escena más calmada, que no hay mujeres tan locas. Sí las hay, yo las he conocido, me decía él. Le agradezco su valentía al empujarme en esa dirección". Woody Allen ha apoyado a la madrileña durante toda la temporada de premios. "Cuando gané el BAFTA me mandó un ramo de flores. Supongo que mañana hablaremos. Yo a veces le llamo sólo para volver a darle las gracias. Es un hombre de pocas palabras, pero muy honesto".

De cerca, aunque es una mujer guapísima —sus ojos brillan casi tanto como los aros de diamantes que cuelgan de sus orejas—, Penélope parece más una chica cualquiera que una diva de Hollywood. "Mañana empezaré a vestirme sobre las 10 de la mañana. Es lo normal. No me ha costado mucho elegir el vestido porque sé lo que me gusta y soy rápida para elegir la ropa". Además, asegura que el rumor de que en la gala de 2007 se le rompió la cremallera del vestido es cierto. "Qué tontería, pensarás. Es sólo un vestido. Pero en ese momento es importante".

Los periodistas insistimos en saber cómo combate los nervios. "Estos días de atrás he estado más nerviosa. Hoy estoy en otro estado. No sé cómo se llama, pero lo prefiero". La actriz ha llegado a un momento de su carrera en el que parece inevitable que haga balance y se acuerde de sus comienzos. "El otro día iba en el coche y observaba esta ciudad. Me acordaba de cuando llegué a Los Ángeles y no conocía a nadie. Me sentía muy sola. Pero dije, vamos a ver qué nos depara esta aventura".

Respecto a las opciones de ganar, Penélope —que ha visto el trabajo de todas sus rivales— se ve con más posibilidades que en el 2007, cuando la nominaron por 'Volver', pero no las tiene todas consigo. "No quiero llevarme un berrinche si no me lo dan. Si dicen mi nombre seré la primera sorprendidaš. Su Óscar será el primero en entregarse y todavía no se sabe quién lo dará porque este año la Academia promete "sorpresas". ¿Tendrá la organización un as debajo de la manga llamado Bardem? El tema del comunicado y el rodaje huele a chamusquina. Esta noche lo sabremos.

Dejando de lado el tema de los Óscares —que ocupa casi todo el tiempo de la charla con la prensa—, la actriz española habla sobre cómo se defiende de las teorías que aseguran que las mujeres maduras dejan de conseguir papeles en Hollywood. "Las ignoro", sostiene. Además tiene claro con qué directores le gustaría trabajar en el futuro: "Scorsese, Lars Von Trier, Fernando León, Julio Médem...". Y también a los que les debe estar donde está hoy. "Bigas Luna, Trueba, Almódovar, Sergio Castellitto, Cameron Crowe... Los del principio por jugársela por mí y los siguientes por imaginarme en personajes que otros no veían".

Entro en el Mondrian con la idea preconcebida de que Penélope es una mujer fría, distante con la prensa y un tanto altiva. Cuando salgo mis prejuicios se han desvanecido. Y pienso: "qué tía más normalš.