La respuesta del público era "una incógnita terrible", dice Adrián Biniez

Montevideo.-  Tras aterrizar en Berlín con su ópera prima, "Gigante", montada "a contrarreloj", Adrián Biniez vuelve a Montevideo con tres de los principales premios de la Berlinale: el Oso de Plata, el galardón a la mejor ópera prima y el Alfred-Bauer.

Argentino afincado en Montevideo, Biniez cautivó al público con la historia de Jara (Horacio Camandulle), el corpulento vigilante de seguridad de un supermercado que, incapaz de acercarse a Julia (Leonor Svarcas), la empleada de la limpieza de la que está enamorado, la contempla a través de las cámaras de seguridad.

Pregunta.- ¿Cambia su propia percepción de "Gigante" al volver de Berlín con un Oso de Plata entre las manos?

Respuesta.- Creo que no cambia. A mí ya me gustaba la película antes de ir a Berlín. Le encontraba cosas que me gustan y otras que podrían estar mejor, y siguen estando en el mismo lugar. El premio me da algo extra, autoconfianza. Hasta el momento del estreno, la gente era una incógnita terrible para mí; no sabía cómo iban a responder.

P.- Recibió el Gran Premio del Jurado junto a la alemana "Los demás", de Maren Ade, y el galardón Alfred-Bauer le fue concedido junto a "Tatarak", del polaco Andrzej Wajda. ¿Qué supone compartir con estos artistas la balanza del éxito?

R.- Compartir el premio con Wajda fue increíble. Me agarró la emoción. De Maren vi su película anterior, que me encantó. La que presentó en Berlín no pude verla, pero seguro que está buenísima.

P.- La otra gran triunfadora de la ceremonia fue la hispano-peruana "La teta asustada", de Claudia Llosa. ¿Berlín se rindió a Latinoamérica?

R.- Lo cierto es que de todas las películas a competición, solo dos eran latinoamericanas, "La teta asustada" y "Gigante". Y el jurado, que en este festival es heterogéneo, se decantó por nosotros. Con una cota mínima, terminamos ganando.

P.- Usted destacó las risas del público en la proyección de "Gigante". ¿Qué tipo de humor ofrece?

R.- Tiene diferentes tipos de humor: en unos momentos es sutil y, en otros, es un humor bastante burdo, de golpe y porrazo. Lo que más me sorprendió es que se reían en lugares donde yo no esperaba que se rieran.

P.- Horacio Camandulle (el actor uruguayo que encarna a Jara, el protagonista) también afrontaba su primer largometraje y tuvo que competir con nombres tan reconocidos como Renée Zellweger y Tommy Lee Jones. ¿La ternura del grandullón cautivó más al público que el glamour de los rostros de Hollywood?

R.- Creo que sí. Le mandé un sms (a Camandulle) diciendo "Vas a tener que competir contra Tommy Lee Jones, Gael García Bernal y Keanu Reeves" (risas). Mucha gente creía que iba a ser el ganador del premio al mejor actor. Intuíamos que si nos llevábamos un premio o una mención sería esa. Es un personaje grandote, como amenazante, pero muy tímido. Camandulle es muy buen actor y tiene una cosa carismática muy linda.

P.- Su cámara muestra un personaje que se oculta detrás de otra cámara, la de vigilancia.

R.- Sí. Normalmente cámaras como las de un supermercado tienen que ver con lo policial, con la seguridad. Aquí se trataba de revertir ese tipo de mecanismo. Es un medio que utiliza el personaje para verla a ella. Es algo voyeurístico, pero tiene una connotación mucho menos agresiva.

P. Presentaron la película en formato digital, recién finalizado el montaje.

R.- No llegábamos. Corríamos a contrarreloj. La terminamos 48 horas antes de la ceremonia final. Ahora tenemos que pasarla a 35 milímetros.

P.- ¿El éxito de "Gigante" en Berlín hace que afronte con más vértigo sus futuros proyectos?

R.- Seguramente voy a defraudar todas las expectativas, pero yo no me hago cargo de lo que se genera (risas). El éxito no me condiciona. Hace quince días estábamos viendo qué carajo pasaba con la película. Nos gustaba, pero no sabíamos si iba a pasar desapercibida, y de pronto llegó todo esto.