Buenos Aires.- Diego Maradona, seleccionador de fútbol de Argentina, estará sometido este miércoles a una prueba de fuego, la primera de muchas otras, en el partido que su equipo disputará ante el de Francia en Marsella.
Maradona asumió como preparador albiceleste en noviembre pasado, en sustitución de Alfio Basile, con un muy escaso crédito de la afición de su país.
Los dos periódicos de mayor venta en Argentina, Clarín y La Nación, habían publicado en aquellos días los resultados de estadísticas similares que no le eran favorables, porque más del 70 por ciento de los consultados, en los dos casos, afirmaban que no estaba preparado para ocupar ese puesto.
Pero la decisión inapelable de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) de dárselo, silenció casi inmediatamente a los escépticos, porque al fin y al cabo Maradona es Maradona.
Debutó con una victoria ante Escocia en Glasgow (0-1), con un gol de Maxi Rodríguez marcado a los 8 minutos. Terminado el partido todos los jugadores se acercaron a saludarlo y él respondió entusiasmado. Había superado el primer escollo.
En ese momento estaba vigente un acuerdo entre la AFA y el Barcelona para que Lionel Messi no fuera citado para partidos amistosos. Ni lerdo ni perezoso 'Pelusa' presionó para que el compromiso fuera dejado de lado, convocó a 'La pulga' y avisó: "hay que darle la pelota todas las veces que él quiera".
Julio Grondona, presidente de la AFA, aceptó, y las acciones de Diego comenzaron a subir. Con otro seleccionador no hubiera sido posible, según cree buena parte del mundillo futbolístico de su país.
Maradona, que en materia de fútbol duerme con un ojo abierto, sabe que sigue en la mira de una multitud de examinadores, y que posiblemente estará en esa situación durante bastante tiempo. Entonces disparó: "con la selección no hay partidos amistosos, todos hay que disputarlos como si estuvieran en juego tres puntos".
También dijo que un Francia-Argentina "es un partido de cuartos de final de un Mundial", y que le iba a "meter esa idea en la cabeza" a los jugadores.
Para el aficionado argentino, que nunca dejará de agradecer a Maradona que haya jugado con la selección lesionado, con fiebre, con líos en los clubes por los que pasó y que haya sido campeón mundial, estas frases suenan como música.
El Maradona que pone el acento en la motivación, el que ama a la albiceleste, va sumando puntos en la valoración popular, y gana algunos entre los que siguen sin confiar en que su gestión vaya a ser un éxito.
Pero cuando se acaben las palabras y pongan el balón en movimiento, pasarán a ser importantes los resultados, ahora y en marzo y abril, en las eliminatorias sudamericanas del Mundial 2010. Todo será blanco o negro, nunca gris, y estará a prueba de manera permanente. La primera será ante Francia.
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