NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió esta noche al Congreso que resuelva "cuanto antes" sus diferencias en torno al plan de estímulo económico de más de 800.000 millones de dólares para permitir a su Gobierno hacer frente a la grave situación que atraviesa el país, la peor desde la Gran Depresión, y advirtió de que de no actuar ya, la crisis podría convertirse "en un auténtico catástrofe".
Así lo aseguró Obama en su primera rueda de prensa desde que tomó posesión de su cargo el pasado 20 de enero, celebrada en la Sala Este de la Casa Blanca en horario de máxima audiencia, en la que la mayor parte de las trece preguntas que aceptó estuvieron relacionadas con la crisis económica aunque también tuvo tiempo de responder a algunos puntos de su agenda exterior.
"Sé que este plan no es perfecto y no estoy en disposición de poder garantizar que funcionará tal como nos los hemos planteado, pero también sé con toda certeza que si no actuamos ya se profundizará la crisis sin precedentes que estamos atravesando y que podría acabar convirtiéndose en una catástrofe", indicó el presidente.
Obama, que pidió en varias ocasiones al Capitolio que apruebe su paquete de medidas cuando antes, aseguró que lo que permitirá a la gente comprobar si realmente están funcionando sus medidas, es ver si en los próximos meses se frena la destrucción de empleo y empiezan a crearse nuevos puestos, hasta cuatro millones en los próximos años.
Además, el presidente apostó por "normalizar" el mercado del crédito para que la gente pueda tener liquidez y volver a consumir, como otra de las maneras de recuperarse de la crisis, y estabilizar el mercado inmobiliario para, en definitiva, "poner fin a la recesión y ver a nuestras empresas renovando sus inversiones".
RESULTADOS A LARGO PLAZO
El inquilino de la Casa Blanca advirtió, tal como ya hizo unas horas antes durante un acto público en una de las localidades más golpeadas por la crisis, que los resultados de que su plan no podrá verse a corto plazo y que probablemente habrá un margen de un año hasta que pase lo peor de la crisis, recordando así a la gente que durante los próximos doce meses la situación será todavía "muy complicada".
El presidente, que aseguró que tanto los estadounidenses como los ciudadanos de otros países tienen en estos momentos su mirada puesta en Washington, quiso en todo caso enviar un mensaje de tranquilidad y esperanza, volviendo a mostrarse convencido de que "con trabajo" Estados Unidos puede resolver el problema, aunque para ello habrá que tomar decisiones difíciles.
Así, el mandatario insistió en la importancia de que los líderes republicanos y demócratas de ambas cámaras legislativas resuelvan "cuanto antes" sus diferencias para consensuar un texto definitivo sobre el plan de estímulo económico para que él pueda ratificarlo en los próximos días, tras lo cual celebró que hace unas horas se dieran "importantes progresos" en ese sentido en el Senado.
Obama se refería a una votación en el Senado que allanó este lunes el camino para la aprobación definitiva de un plan de estímulo económico de 827.000 millones de dólares, con 61 senadores que votaron a favor de limitar los debates sobre el paquete de medidas y 36 en contra, despejando así el camino para la votación final que se celebrará este martes en el Capitolio.
Hace unos días la Cámara de Representantes aprobó su propia versión del plan, dotado con 819.000 millones de dólares y consensuado por la Casa Blanca y los legisladores demócratas pero que no contó con el voto favorable de ningún republicano. Mientras, en la Cámara Alta parece que el plan ya cuenta con los votos necesarios tras un compromiso de última hora con algunos senadores republicanos.
TEXTO DEFINITIVO A FINAL DE SEMANA
Tras la votación de este martes, en la que previsiblemente saldrá adelante el plan, el tema pasará a una comisión bicameral que deberá negociar un último texto definitivo que Obama pueda firmar en los próximos días. Precisamente, el presidente había asegurado hace diez días que esperaba tenerlo todo listo para el Dïa del Presidente, que este año se celebrará el próximo 16 de febrero.
En líneas generales ambas propuestas son similares y la diferencia entre una y otra es de 8.000 millones de dólares, fundamentalmente en la cantidad que se dedicará al anunciado recorte fiscal y al destino de las inversiones y los programas sociales. Obama subrayó varias veces la necesidad de que se superen de una vez las diferencias en ambas cámaras.
En este punto, el presidente aseguró que en estos momentos el Gobierno es el único que tiene los recursos necesarios para "resucitar" la economía del país ya que el sector privado está seriamente golpeado por la crisis, y prueba de ello, dijo son los 3,6 millones de empleos que se han perdido desde que comenzó la recesión, "casi medio millón en los últimos tres meses".
"Si con los datos que vamos conociendo alguien realmente cree que no estamos ante una crisis total, pregunten a los ciudadanos que no sabe qué hacer ni a quién acudir", añadió Obama, quien volvió a insistir en que su propuesta para recuperar la economía no es perfecta pero sí necesaria ya que la crisis podría empeorar e incluso llegar a punto "en que no podamos salir de ella".
Así, subrayó que lo más importante ahora es actuar para que la economía estadounidense no siga cayendo en picado y hacer frente así al problema del déficit que tiene el país, una de las criticas que se han hecho a su plan de estímulo. "Cuanta más gente necesite ayudas médicas o de alimentación, peor será los efectos para el presupuesto", indicó.
COLABORAR CON LOS BANCOS
Preguntado por la segunda parte del plan de rescate financiero, el presidente adelantó que en las próximas horas el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, hará público un plan detallado sobre qué quiere hacer la administración con los 350.000 millones de dólares correspondientes a la segunda parte del paquete aprobado por la Casa Blanca el otoño pasado.
Obama se refería así al malestar que despertó entre los contribuyentes el uso que se dio a sus impuestos para rescatar a unos bancos que mientras recibían miles de millones de dólares se iba conociendo que seguían dando generosas bonificaciones a sus ejecutivos y despilfarrando el dinero en jets privados o patrocinando eventos deportivos.
"Lo que vamos a hacer es corregir los errores del pasado", indicó el presidente, quien precisó que además de ayudar a evitar el colapso de las grandes instituciones financieras de Wall Street y enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados, se propondrán mecanismos que permitan a la gente hacer frente al pago de sus hipotecas para no perder sus viviendas.
Obama se comprometió así a trabajar con los bancos para que mejoren sus cuentas y puedan volver a conceder créditos a la gente para reactivar la economía, tras responsabilizar a las instituciones financieras de la crisis por asumir riesgos "desorbitados" en el pasado que llevaron al colapso de muchos actores del sistema financiero.
"Nos hemos metido en este lío porque ellos asumieron riesgos desorbitados no por culpa del consumo excesivo de la gente", respondió tajante ante la pregunta de un periodista, aunque reconoció que el anterior nivel de consumo es "insostenible" y a partir de ahora los ciudadanos también tendrán que controlarse.
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