Zaragoza.- El tercer Plan Renove de Electrodomésticos se ha agotado con más de 18.500 aparatos de baja eficiencia sustituidos desde que la iniciativa, en la que han participado 287 establecimientos, se puso en marcha el pasado 15 de diciembre.
El programa, financiado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) y el Gobierno de Aragón, ha incentivado a los consumidores a sustituir sus electrodomésticos menos eficientes por otros de clase energética A o superior (A+ y A++) mediante ayudas directas, según ha informado la Cámara de Comercio de Zaragoza.
La cuantía de las subvenciones que se descontaba a los compradores variaba desde los 50 euros por reemplazar una encimera de gas a los 125 euros por cambiar un frigorífico o frigorífico-congelador.
Las subvenciones no podían superar el 25% del coste del electrodoméstico y cada consumidor sólo podía presentar una solicitud por tipo de electrodoméstico como máximo a las ayudas del plan.
Con un presupuesto de 1.770.693 euros, casi el doble que la anterior campaña, la tercera edición del Plan Renove ha sido desarrollada por el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio e Industria, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), la Confederación de Empresarios de Comercio de Aragón (CEMCA) y la Asociación de Supermercados de Aragón (ASUPAR).
Desde que el Plan Renove se puso en marcha en 2006, ya son más de 40.000 los electrodomésticos sustituidos por otros más respetuosos con el medio ambiente.
Entre los aparatos reemplazados en esta tercera edición se encuentran frigoríficos, frigoríficos-congeladores, congeladores, lavadoras, lavavajillas y, como novedad, hornos y encimeras de inducción y gas.
Para garantizar un proceso integral de respeto al medio ambiente, los aparatos sustituidos se entregan a gestores de residuos medioambientales autorizados para su correcto desmontaje y reciclaje.
Los electrodomésticos están clasificados por una letra en función de su eficiencia energética. La "G" se asigna a los menos eficientes y la escala va subiendo alfabéticamente hasta llegar a la "A" o superior ("A+", "A++"), los que menos consumo requieren. En total, siete niveles de etiquetado.
A lo largo de su vida útil, un electrodoméstico de clase A puede llegar a suponer un ahorro de 600 euros en el consumo eléctrico frente a otro de la clase G.
Para un mismo nivel de prestaciones, hay aparatos que consumen hasta un 60% más de energía que otros.
La etiqueta energética nació para informar a los consumidores. Se exige el etiquetado en frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas y lámparas de uso doméstico (bombillas, fluorescentes y bombillas de bajo consumo).
Todos los establecimientos que venden estos electrodomésticos están obligados a mostrar la etiqueta de cada aparato.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.