La Paz.- El presidente Evo Morales promulgará mañana la nueva Constitución de Bolivia, aprobada en referendo el 25 de enero, y cuyo primer efecto será una remodelación del Gobierno para adaptar el Poder Ejecutivo a la Carta Magna con la que pretende refundar el país.
El vicepresidente, Álvaro García Linera, confirmó hoy que, tras la promulgación, la primera medida del Gobierno para adaptarse a la nueva Constitución será la modificación de su estructura interna, que necesariamente implicará cambios de cartera.
"Lo fundamental es que lo primero que hace el Gobierno es adecuar la estructura organizativa del Poder Ejecutivo a lo que requiere y manda la nueva Constitución", dijo García Linera al recibir de la Corte Nacional Electoral (CNE) los resultados del escrutinio oficial del referendo del 25 de enero.
García Linera adelantó que el objetivo de los cambios en el Gobierno es dar a la estructura del Poder Ejecutivo agilidad, transparencia y efectividad para adecuarlo a los nuevos derechos e instituciones que recoge la nueva Constitución".
En los últimos días, medios bolivianos han publicado que el nuevo poder Ejecutivo tendrá trece carteras, cuatro menos que el actual, y que entre sus novedades estará la creación de un Ministerio de Descentralización y Autonomías.
El vicepresidente, que también es presidente nato del Congreso, hizo estas declaraciones tras recibir hoy del titular de la CNE, José Luis Exeni, el escrutinio final oficial que da a la nueva Carta Magna un voto favorable de 61,4 por ciento.
Los votos en el referendo del pasado 25 de enero a favor del "sí" a la nueva Carta Magna sumaron 2.064.397 (61,43 por ciento), y los del "no" 1.296.175 (38,57 por ciento).
El Congreso tiene previsto aprobar en las próximas horas el resultado recibido de la CNE para enviarlo al Gobierno, que procederá a su promulgación mañana en un multitudinario acto en la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz y bastión de Morales.
A este acto asistirán el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Inzulza, y la Premio Nobel de la Paz 1992, la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, como principales invitados internacionales.
García Linera se mostró confiado en que mañana habrá "una buena participación" en lo que calificó de "acto histórico" al ser "la primera Constitución que se aprueba con el voto ciudadano".
"Nunca se le pidió al pueblo que opine" sobre las distintas constituciones que ha tenido el país, apuntó el vicepresidente al tiempo que calificó la aprobación de la nueva Carta Magna como el principio de la "refundación" de Bolivia.
A su juicio, la aprobación de esta nueva Constitución es "la señal institucional más fuerte del desmontaje de los abusos y de las discriminaciones" propias del colonialismo que por más de 500 años ha sufrido Bolivia, según denuncia habitualmente el presidente Morales.
"Mañana, Bolivia entera, de norte a sur, de oriente a occidente, está de fiesta", agregó el vicepresidente.
Además, ante las insistentes denuncias de la oposición, García Linera calificó de "normal" que un texto constitucional presente contradicciones en su contenido.
"¿Qué texto constitucional no tiene algún tipo de contradicción? Son obras humanas, no son obras divinas. Hasta la Constitución norteamericana tiene enmiendas de superación de contradicciones", señaló.
La nueva Constitución de Bolivia es el eje del proceso de cambio y la "revolución democrática y cultural" con la que Morales quiere construir una "nueva Bolivia".
Se trata de un texto que consagra un estado plurinacional, orientado a la integración de los pueblos indígenas, que incluye un modelo autonómico y que establece una economía de carácter "estatista".
Con esta Carta Magna, Morales quiere acabar también, incluso de forma retroactiva, con la corrupción, el nepotismo y la burocracia, que a su juicio son características propias de un sistema "colonial".
Sus opositores critican que la nueva Constitución será de difícil aplicación por sus contradicciones internas y que es discriminatoria al favorecer a los indígenas.
En el caso de los autonomistas, consideran además que el texto no recoge suficientemente su demanda de descentralización y autogobierno.
Tras el referendo algunos incluso abogaron por "abrir" de nuevo la Carta Magna para revisarla.
El presidente Morales se ha comprometido a reunirse con los prefectos (gobernadores) opositores de forma individual luego de la promulgación de la Carta Magna y recoger sus propuestas sobre la implementación del texto, pero en ningún caso para revisarlo.
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