¿Qué puede minimizar la crisis? La pulsión sexual. Esa es la conclusión a la que ha debido de llegar el equipo de estrategas del candidato popular a las autonómicas gallegas. Que todos los políticos se creen muy atractivos no es una novedad. Pero hasta ahora ninguno había hecho campaña con su sex appeal. Este es el último episodio de 'obamismo' galopante que padecen nuestros políticos. Pero hay una larga lista de los que se consideran irresistiblemente atractivos y piensan que derriten con la mirada.
"¿No es para comérselo?". Estudiante de veterinaria, de 23 años, virgen en política, cae rendida ante la tremenda dimensión personal y profesional del candidato. Suena a película Disney para adolescentes. Pero no. Es un blog. I love Feijóo. Escrito por alguien que no se identifica. Los post no tienen desperdicio. Unas dosis de cándido amor agitado, como quien no quiere la cosa, con las sinceras promesas de Núñez Feijóo. Que quien suelta perlas como "Feijóo sí que cumplirá. Con esos ojos y esa mirada no puede engañar a nadie" está utilizando un truco demasiado burdo para la inteligencia media, resulta evidente. Aunque en el PP de Galicia niegan que el blog forme parte de su estrategia de campaña. "Ya nos gustaría conocerla", asegura el responsable de prensa cuando le preguntamos si no se han interesado por localizar a semejante diamante en bruto.
La iniciativa de la supuesta enamorada, que, para no estar afiliada, ni haber votado en su vida, no se pierde un mitín y cuelga todos los vídeos de su galán, coincide bastante con la oficial. Compararse con Bond, James Bond no es un delito tipificado en el Código Penal, pero sí una cómica presunción que debería estar condenada por cualquier tribunal popular. El brillante equipo de estrategas que ha organizado la campaña de Alberto Núñez Feijóo no ha sentido ni un gramo de vergüenza ajena bautizando a su candidato como Feij009, jugando con las dos 'os' de su apellido y el archifamoso número del agente con licencia para matar, 007. Alto, pelo engominado, buena disposición, un cuerpo esculpido por el deporte... "y orejas de soplillo", añade mi compañera. Este 'chico Rajoy', un fiel al presidente nacional que no ha dudado en situarse a la vera del líder en sus momentos más críticos, tiene ahora la obligación de ganar la plaza que su partido perdió en las últimas elecciones. Para sustituir a Pérez Touriño necesita lograr la mayoría absoluta, esa que a falta de un escaño propició que el Bloque y el PSOE formaran un gobierno de coalición en 2005. Y si lo que toca es vender una imagen seductora, pues se vende.
El caso Feijóo es sólo el último y más instrumentalizado de una larga lista. La vanidad no conoce límites y menos cuando trabajas en política. Pregunto en el Congreso por el tema del narcisismo. "¿Conoces a alguno de los 350 diputados que se vea cañón?", me responden. Eso tan estudiado de la erótica del poder lo tienen superasumido los propios 'poderosos'. Casos de señores, mucho menos atractivos que el repartidor de butano, pero con hermosas mujeres que beben los vientos por sus huesos, hay documentados cientos en las páginas del '¡Hola!'. Algunos están tan convencidos de ejercer de matadores que no reparan a la hora de dejarlo claro. La altivez de Jesús Caldera, por ejemplo, no se debe a su intelecto, sino más bien al atractivo irracional que él mismo cree que desprende. Es el caso típico de adonis que se sube a un pedestal y al que ni despojándolo de la cartera —es decir, de poder— hay manera de devolver a la cruda realidad. Alejandro Ballestero, diputado del PP por Toledo, siempre mira por encima del hombro. Mucho más afables, pero igual de poseídos, Juan Fernando López Aguilar, quien no sólo presume de belleza sino de estar en la lista de sucesores de Zapatero o Joan Ridao, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados. Moragas y Güemes son los pesos pesados eróticos del PP. Y por supuesto, no hay que olvidarse del presidente Zapatero y de su antecesor Aznar, dos sex simbols como la copa de un pino.
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