Una visita privada para un nuevo tiempo. Así han enmarcado tanto el Gobierno español como la Santa Sede el viaje del secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, a España. Zapatero y Benedicto XVI se afanan en apagar las brasas que quedan del enorme fuego desatado durante la pasada legislatura, justo en un momento en el que el Papa ha prendido otra mecha: readmitir a obispos 'negacionistas'.
Lo que en principio iba a ser un viaje para pronunciar una conferencia sobre derechos humanos ha pasado a ser una visita de alto rango, con encuentros con el Rey, el Príncipe, el presidente, la vicepresidenta, el ministro de Exteriores y el líder de la oposición. "Es una noticia muy buena que venga a España y que intente retomar unas relaciones con el Gobierno fluidas, y no sometidas constantemente a la oposición mutua", asegura Enrique Miret Magdalena, uno de los teólogos más importantes del país.
Para Miret Magdalena, las relaciones habían alcanzado "un extremo muy difícil de mantener. Los obispos españoles llegan incluso a proteger todavía a personas que trabajan en su emisora radiofónica que afirman cosas inaceptables desde el punto de vista de los católicos". Baste recordar que durante la pasada legislatura la Iglesia movilizó en la calle a miles de creyentes contra el matrimonio homosexual, Educación para la Ciudadanía, el divorcio 'express' o la eutanasia.
Suavizar las formas, pero con el mismo discurso. Así lo ve José Manuel Vidal, corresponsal religioso de El Mundo y director de religiondigital.com. "La interpretación de que Bertone viene a leerle la cartilla a Rouco es equivocada, aunque esa sea la imagen que intente lanzar el Gobierno. No hay que olvidar que la Conferencia Episcopal y Roma tienen la misma opinión de Zapatero: un laicista radical, cuyo mensaje está calando en América Latina, y al que hay que ponerle coto", apunta Vidal. Una opinión que comparte Miret Magdalena, quien, sin embargo, sí ve una capacidad de "influencia" del 'número dos' del Vaticano en el purpurado español, "como la voz del Papa que es".
Entonces, ¿qué discurso trae Bertone? "Al Vaticano le interesa la sana colaboración, el llevarse bien con todos los Gobiernos, poniendo en práctica la diplomacia posibilista", señala José Manuel Vidal. "No hay que olvidar que Bertone, teólogo salesiano, tiene un perfil muy moderado y diplomático. Está ejerciendo de primer ministro ejecutivo del Vaticano, pues, a diferencia de Juan Pablo II, Benedicto XVI no está casi viajando". Para Miret Magdalena el secretario de Estado vaticano se ha destacado como un hombre "prudente, que prefiere guardar silencio si cree que sus afirmaciones pueden acrecentar un problema".
Precisamente este discurso más dialogante es lo que ha "disgustado" al sector más conservador de la Iglesia española. "Algunos miembros de la Conferencia Episcopal, como el arzobispo emérito Agustín García-Gasco, creen que la visita es demasiado política y diplomática y que va a ofrecer en bandeja una oportunidad al presidente Zapatero para hacerse una foto de buen rollo con Roma —señala Vidal— mientras Rouco queda como el duro y el intransigente".
Este periodista insiste en que el viaje servirá sobre todo para reafirmar el cambio de pistón en las relaciones entre Ejecutivo e Iglesia, que ya se viene gestando desde hace meses. "Los dos están condenados a entenderse: Rouco rompió su estrategia de enfrentamiento al comprobar que su apuesta de poner todos los huevos en el cesto del PP no se confirmó en las urnas; y al Gobierno no le conviene abrir determinados temas espinosos en periodo electoral, sobre todo por el peso de la religión en la sociedad gallega y vasca".
Lo cierto es que los socialistas han pisado el freno en las reformas sociales con respecto a la pasada legislatura. Ayer en el Congreso se alinearon con el PP, CiU y UPD para no abrir nuevos frentes con la Iglesia, y rechazó las mociones sobre apostasía, eutanasia y revisión del Concordato. Hoy tampoco presentarán sus conclusiones en la subcomisión del aborto. "Es cierto que en este momento Zapatero no ha querido echar más leña al fuego de la polémica", afirma Vidal, que recuerda que el Papa tiene ahora abierto un "preocupante" conflicto por su decisión de readmitir a obispos lefebvrianos, alguno de los cuales niega el Holocausto nazi.
"Este tema está haciendo muchísimo daño a la Iglesia, que ha gestionado mal la readmisión de estos miembros", apunta. De hecho, la canciller Angela Merkel ha endurecido su discurso contra el Vaticano —con el apoyo de la Iglesia alemana— y exige una declaración más contundente de Benedicto XVI contra estos 'negacionistas', que niegan el uso exterminador de las cámaras de gas y ponen en cuestión la cifra de judíos asesinados por los nazis. "Claro que la decisión del Papa ha chocado en Alemania", asegura Miret Magdalena, quien no descarta, como Vidal, que en los próximos días se den gestos importantes en Roma para apagar un fuego que ella misma encendió.
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