EL CAIRO (EGIPTO).- Bienvenido a una de las ciudades más grandes del mundo. Te invitamos a descubrir El Cairo, una urbe de contrastes caracterizada por su diversidad y decadencia. Pasear por sus diferentes barrios, disfrutar de sus bazares, de sus cafés y de sus costumbres. En definitiva, participar en esta caótica pero al mismo tiempo fascinante ciudad cargada de historia y tradición.
El hotel Oberoi, de cinco estrellas, es uno de los mayores hoteles de Egipto. Fue concebido como residencia real de caza y tiene todo tipo de prestaciones. Se encuentra al pie de las pirámides y sus habitaciones son gigantescas y con preciosas vistas. Eso sí, la noche nos saldrá por entre los 125 y 210 euros. Si preferimos prescindir de lujos y optar por algo más económico, una buena opción es el Mayfair Hotel, situado en una típica y tranquila calle de la ciudad. El personal es atento y las habitaciones son correctas, aunque no todas tienen baño privado. Te recomendamos reservar con antelación.
La ciudad resulta muy molesta para el peatón, ante la insuficiente cantidad de pasos de cebra y semáforos que regulen el caótico tráfico de sus calles. El metro y los autobuses, además de sucios, están abarrotados a cualquier hora del día y no son seguros al anochecer. Por eso te recomendamos que para desplazarte uses el taxi. El precio se regatea antes de subir, pues los taxímetros, en el caso de existir, son meramente decorativos. El coste medio de un viaje de unos 20 minutos es de 25 libras egipcias y a cambio, ofrece seguridad y rapidez.
La mayoría de taxistas hablan inglés. Algunos carecen de licencia, pues sólo trabajan transportando turistas ocasionalmente para ganarse un sobresueldo. Uno de ellos es un profesor de escuela primaria, al que conocemos en uno de nuestros viajes. Nos cuenta que lleva recogiendo a turistas en hoteles los fines de semana desde hace 25 años para llevarles al centro. A pesar de no tener licencia, resulta ser el más agradable y fiable de los taxistas con los que hablamos.
Para ver la ciudad desde otro ángulo, te proponemos un recorrido en barco por el Nilo. Puedes hacerlo en falúa, un barco que hoy navega tal y como lo hacia en la época faraónica. El paseo es mejor incluso al atardecer. Otra opción es optar por un crucero en el que mientras ves los dos lados de El Cairo que separa el río, te sirven la comida o la cena. ¡Así el tiempo te cundirá el doble!
El museo de El Cairo es sin duda visita obligada. Todo Egipto se encuentra allí, en un lugar hecho a su medida. Su tesoro mejor guardado es la máscara de Tutankamon. Además, se pueden visitar todos los objetos encontrados en su tumba, desde los sarcófagos a las riquezas que necesitaría el faraón para pasar a la otra vida. Otro lugar de interés es La Ciudadela. Dentro de ella, merece especialmente la pena la mezquita de Al-Nasser Mohammed, una de las pocas de El Cairo que permite la entrada a turistas.
El restaurante-revolving de cocina francesa situado en la planta 41 del hotel Grand Hyatt ofrece espectaculares vistas panorámicas de la ciudad y el Nilo. Además, al ser 'revolving', cada hora gira 360º para que sin moverte de tu mesa puedas disfrutar de la ciudad desde todos los puntos de vista. No se permite la entrada con ropa informal.
Si prefieres aprovechar tu tiempo para hacer turismo en vez de para comer, te proponemos una comida rápida y barata en el café-terraza del hotel Marriott, en la isla de El Ghezira. Allí, rodeado de árboles, puedes tomarte uno de sus variados sándwiches, una pizza o una ensalada. Rico y ligero.
El mercado de Jan al-Jalili es un lugar lleno de tradición donde el ajetreo y el regateo son continuos. Podemos encontrar desde pañuelos o tocadiscos antiguos a tambores africanos (yembes), alfombras y souveniers varios. Los vendedores me confiesan su afición por los pin-ups al ver las chapas de mi mochila y me ofrecen a cambio de una de ellas descuentos en sus productos pues, según me cuentan, no se venden en Egipto.
Mientras respondo negativamente a la oferta hecha por mis pin-ups, veo llegar a un grupo de americanas cargadas de bolsas a reventar. El dueño del puesto anterior sonríe. No es para menos, pues les oigo decir en inglés que se han gastado en la última tienda algo más de 100 libras egipcias (14 euros).
Seguimos callejeando por el mercado y descubrimos un bazar creado por un catalán hace más de 20 años. La tienda, que se llama 'Jordi' al igual que él, es famosa entre los españoles que vienen aquí. Ofrece todo tipo de souvenires que, como el mismo nos confiesa con su acento barcelonés, "son chorradas, como todo lo que se compra en los viajes".
Después de patearte el mercado de Jan al-Jalili, puedes acercarte al Naguib Mahfouz: una agradable cafetería con un toque local pero pensada para occidentales, que será un auténtico oasis para escapar por un rato del regateo y el bullicio del mercado.
Está en las calles, en las gentes y en cada una de las esquinas de la ciudad. Puede estar en cualquier sitio, pero sin duda una de las típicas está en las pirámides. Hay un mirador para los turistas a medio camino entre la esfinge y la gran pirámide de Keops, donde podemos conseguir con un buen encuadre, una instantánea con una pirámide a nuestros pies u otra, tocando una de las puntas de las tres tumbas faraónicas.
Caminar o adentrarte en zonas que se escapen demasiado del circuito turístico, especialmente por la noche. El Cairo no es una ciudad especialmente insegura, sobre todo de día, pues está fuertemente vigilada. Pero fuera de las zonas más ricas de la ciudad, donde se encuentran las embajadas, los lugares de interés turístico o los hoteles de mayor categoría, la policía no garantiza tu seguridad. Tampoco es muy aconsejable subir en calesa, pues los conductores suelen entrar en zonas poco recomendables y dar rodeos con tal de alargar el paseo y cobrar más.
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