Pamplona.- La familia Idoate, propietaria de los restaurantes Europa, Alhambra y El Mercao de Pamplona, ha recibido hoy el premio "Empresario del Año" 2008, que conceden la revista "Negocios en Navarra" y la Confederación de Empresarios de Navarra.
En nombre de los seis hermanos galardonados Juan Mari Idoate ha recordado que el negocio familiar lo inició su padre en 1973 y hoy trabajan con ellos más de cien personas repartidas en los tres establecimientos.
"Orgullosos del trabajo realizado", con el que sienten que han "contribuido al desarrollo y enriquecimiento de Pamplona" con una empresa "dinámica y moderna" dentro del sector hostelero y turístico, Juan Mari Idoate ha agradecido esta distinción con la que están "profundamente honrados" y que han recibido con el reto de "mejorar de manera constante".
Y es que para los promotores del premio la familia Idoate tiene "la rara cualidad de aunar inteligencia en la gestión, creatividad en la cocina y afabilidad y calidez en la relación con los clientes, tres pilares fundamentales".
Al respecto el presidente del Gobierno, Miguel Sanz, que ha entregado el premio, ha comentado que el "secreto del éxito" de los Idoate es que son una "familia", una "esencia tradicional" en Navarra, ligada "con lo mejor de nuestra sabiduría popular" en el cultivo, selección y elaboración de productos y con un "esmeradísimo servicio al cliente, del que han hecho su característica más representativa".
Antes había intervenido el director general del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, para apuntar algunas medidas sobre "cómo salir" de una crisis que a su juicio tiene tres vertientes, la financiera, la inmobiliaria y la de competitividad.
Así, la crisis financiera la ha remitido a la exposición a productos tóxicos, lo que ha derivado en una "restricción" del crédito que se suma a la "debilidad" del ahorro, pero sin embargo se ha mostrado convencido de que el conjunto del sistema financiero español "puede sobrevivir porque está bien regulado y bien supervisado".
Iranzo ha apuntado que la segunda crisis, la que sufre el sector inmobiliario, es un "diferencial" de España y se refleja en un stock de viviendas que a su juicio se venderán si baja el precio un 30%, aunque también ha comentado para favorecer este mercado se puede incentivar el alquiler y agilizar los desahucios.
En relación con la tercera crisis, la de competitividad, ha señalado que es "tan grave como las anteriores" y la ha atribuido a una moneda sobrevalorada, el encarecimiento de los costes financieros y una normativa diversa.
Como medidas que favorezcan una solución, el especialista ha defendido la austeridad presupuestaria en el gasto corriente, una "devaluación del euro reduciendo cotizaciones sociales" e "incrementando algo" el IVA que se deduce de las exportaciones, una mejora en el tratamiento de las plusvalías, la modificación del Impuesto de Sociedades, una reforma laboral que permita contratos "más flexibles", la reconstrucción de la unidad de mercado y una interpretación en positivo del silencio administrativo.
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