Washington.- La secretaria de Estado, Hillary Clinton, juró hoy formalmente su cargo en un acto en el Departamento de Estado en el que estuvo acompañada por su esposo, el ex presidente Bill Clinton, su hija Chelsea y su madre Dorothy Rodham.
En la ceremonia, Clinton, vestida con un traje de color negro y un collar de perlas, puso la mano derecha sobre la biblia sujetada por su familia, y, con la mano izquierda alzada, juró su cargo como 67 secretaria de Estado de EE.UU. ante el vicepresidente, Joe Biden.
En el público se encontraban entre otros la plana mayor del Departamento de Estado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y los ex secretarios de Estado Henry Kissinger, James Baker, Lawrence Eagleburger y Madeleine Albreight.
El acto en el que se formalizó su cargo se produjo después de que la jefa de la diplomacia estadounidense jurara el 21 de enero en una ceremonia privada en su antiguo despacho del Senado, acompañada sólo por la juez Kathleen Oberly y su esposo.
En un breve discurso posterior al juramento, Clinton agradeció al presidente de EE.UU., Barack Obama, la confianza que ha depositado en ella "durante este periodo particularmente desafiante en la historia de nuestra nación".
La secretaria de Estado reiteró que "hay mucho trabajo por delante", un trabajo muy importante para afrontar tanto desafíos como oportunidades, dijo.
Clinton destacó que Obama quiere que EE.UU. esté interconectado con el mundo, si bien el presidente entiende que las dificultades en el camino no desaparecerán simplemente, y que hay que afrontarlos con decisión, franqueza y de manera inteligente, y aprovechando también las oportunidades que existen.
En este sentido, prometió trabajar con el Congreso para detectar las deficiencias existentes en las prácticas del Departamento de Estado y proponer los cambios necesarios para hacer la diplomacia más efectiva y más eficiente desde el punto de vista económico.
A pesar de "todas las dificultades, soy optimista", declaró Clinton, quien señaló que se levanta "todas las mañanas pensando en qué tiene que hacer para hacer este mundo más seguro y más próspero y de nuestra nación todo lo que puede ser".
El discurso de Clinton fue precedido por una introducción de Biden, quien se declaró, bajo aplausos y risas, "fan de Hillary", que es la décimo quinta secretaria que procede de Nueva York y la tercera mujer en desempeñar este cargo.
Biden alabó el "incomparable talento" y "experiencia" de Clinton, que ha representado a EE.UU. como primera dama y senadora en 80 países, y que se mueve con la misma facilidad en las esferas diplomáticas de Europa que en pequeños pueblos de África, subrayó.
El vicepresidente recordó el gran desafío en materia de seguridad nacional que afronta el país, con dos guerras abiertas y la continua amenaza de un atentado terrorista; y a nivel trasnacional por la amenaza de armas de destrucción, el cambio climático y enfermedades, que, dijo, "requieren una acción conjunta".
Para afrontar esos desafíos, afirmó Biden, la "acción militar es absolutamente necesaria", pero también la diplomacia y las ideas e ideales que la sustentan.
En opinión del vicepresidente, la llegada de Clinton al Departamento de Estado ha llenado su sede y las legaciones en todo el mundo de "un sincero sentido de entusiasmo", algo que se debe a la "habilidad de inspirar" a la gente de la nueva jefa de la diplomacia estadounidense, señaló.
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