Oviedo.- La Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras del Principado ha cerrado el censo de aves invernantes de 2009 con 46.802 ejemplares contabilizados de un total de 67 especies, lo que supone un 33% más que el pasado año.
Fuentes de este departamento informan de que los expertos explican este incremento en la gran presencia de avefrías, que entraron en la región de forma masiva como consecuencia de los sucesivos temporales de frío de las últimas semanas.
Las especies más abundantes registradas fueron avefría europea, con un total de 14.192 ejemplares contabilizados, seguidas de la gaviota patiamarilla (10.134), ánade azulón (4.113), y gaviota reidora (4.042).
El conteo fue realizado el fin de semana del 17 y 18 de enero por un total de 22 técnicos y 86 guardas de Medio Natural, con la colaboración de varios miembros de la Coordinadora Ornitológica de Asturias.
La ría de Villaviciosa fue el punto de conteo más abundante, con 10.708 ejemplares, seguido de los tramos Ribadesella-Tinamayor, con 4.178 ejemplares, Tapia de Casariego-Luarca, con 3.853, y la ría del Eo, con 3.703.
La Consejería considera que el primer puesto en este ránking para la ría de Villaviciosa "es un factor más para justificar que es valedora de su próxima incorporación a la Lista de Humedales de Importancia Internacional, declaración que se está tramitando y que se espera obtener definitivamente a lo largo del año 2009.
En total, en el censo de aves de 2009 se prospectaron 28 sectores de toda la costa asturiana, los embalses, rías y los principales ríos.
Por encima de los tres mil ejemplares, también se encontraron los tramos Pravia-Gijón, los embalses centrales y Villaviciosa-Ribadesella.
El objetivo principal de estos censos es hacer una foto fija de cada una de las especies en toda su área de distribución y, paralelamente, revelar la importancia de los diferentes lugares de invernada.
En circunstancias climatológicas excepcionales, como olas de frío polar, se producen desplazamientos masivos de aves que viajan a lugares en los que se pueden refugiar durante unos días para, a continuación, retornar a sus lugares de invernada.
Estas situaciones, que son conocidas con el nombre de "fugas de tempero", son las que explican el importante incremento de ejemplares producido este año.
Los censos de aves invernantes se realizan a escala global coordinados por Wetlands International.
Comenzaron en el Paleártico occidental en el año 1967, aunque en España los primeros censos no arrancaron hasta la década de los 70 del pasado siglo.
En el caso de Asturias, la primera prospección de aves en algunas de las zonas más interesantes se hizo en 1955, pero oficialmente se considera que el primer censo de aves acuáticas invernantes fue desarrollado en 1978 por un grupo de voluntarios de la Universidad de Oviedo.
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