Madrid.- La fiscal ha rebajado hoy su petición inicial de 10 años de cárcel a 4 años y 9 meses para Aitor Zubillaga al retirar la acusación de un delito de terrorismo y mantener los de tenencia de explosivos en concurso con uno de daños por incendiar un vehículo y lanzar unos cócteles molotov al domicilio de un ertzaina.
Así lo ha anunciado la fiscal Susana Landeras en el juicio celebrado hoy en la Audiencia Nacional, en el que el acusado ha asegurado que no recuerda si escribió una carta donde reconocía su pertenencia al grupo L.G.I. (Legazpiko Gazte Indarra - Fuerza Joven de Legazpi), que, entre febrero de 1999 hasta septiembre de 2000, reivindicó varias acciones de violencia callejera en Legazpi (Guipúzcoa).
Zubillaga, que sólo ha contestado a las preguntas de su letrada, Ainhoa Baglietto, ha relatado que en aquella fecha él estaba muy deprimido porque su pareja le había dejado y tenía problemas con su familia y amigos, lo que, ha dicho, le llevó a intentar suicidarse.
Según ha relatado su ex novia, un día después de encontrarse al acusado inconsciente en su casa (el 23 de octubre de 2000), halló en su habitación una carta, que entonces "no dudó" que era de Zubillaga, en la que, además de inculparse a sí mismo, acusaba a otros dos jóvenes de formar parte del L.G.I. y de haber llevado a cabo varios ataques de violencia callejera.
El acusado ha dicho que "de haber escrito" esa misiva, "lo que pone en ella es por odio y por venganza" porque estaba enfadado con las dos personas que nombró, quienes, según ha dicho, "terminaron siendo enemigos".
Los dos jóvenes han corroborado la versión del acusado y, en concreto, una de ellos ha señalado que también acusó a Zubillaga ante la Policía "por rabia o por venganza" de que él la hubiera imputado esos hechos.
Los hechos concretos que la fiscal atribuye al acusado se produjeron en la madrugada del 6 de septiembre de 2000, cuando él y otras personas incendiaron el vehículo de un ertzaina aparcado en una calle de Legazpi y después lanzaron dos cócteles molotov contra la vivienda del agente, hechos que reivindicó L.G.I..
Para la fiscal, en el juicio "nada ha acreditado la pertenencia a banda armada" del acusado, si bien, ha agregado, sus actos pretenden "alterar la paz público y subvertir el orden".
Sobre la posibilidad de que se trate de una venganza, Landeras considera que "para no haber pertenecido al grupo, da datos muy detallados" de las acciones, por lo que también ha solicitado una multa de 12.000 euros y la prohibición de acercarse al domicilio del ertzaina durante cinco años.
Por su parte, la defensa ha pedido la absolución de su cliente al considerar que la euroorden por la que Zubillaga estaba reclamado era por un delito de terrorismo y al retirar esa acusación la fiscal, no puede ser juzgado por otros tipos penales.
Además, ha agregado, ha quedado demostrado que el acusado escribió la carta "con ánimos de venganza, de odio y de querer despedirse como un héroe".
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