Fíjate bien. ¿Encuentras algo ofensivo en el cartel que acompaña estas líneas? Aparentemente es sólo una bella muestra de la publicidad de finales del siglo XIX. Forma parte de la colección de carteles antiguos sobre el tabaco que ha recopilado y documentado minuciosamente durante tres años una psicóloga malagueña bajo el pseudónimo de Lamarde. Pero hace unos días, su colección fue censurada por la página donde se aloja, Flickr, debido a su "contenido inapropiado", y podría ser borrada en cualquier momento por la comunidad fotográfica perteneciente a Yahoo! si no la "arregla".
"Pero no sé qué arreglar", explica Lamarde a soitu.es. Hace tres días recibió un correo electrónico que le informaba de que su cuenta, de pago, había sido restringida debido a su contenido y que pendía sobre su colección una amenaza de borrado: "Usa tu sentido común para determinar si tu contenido es adecuado o no para un público global... debes saber que si recibimos otro informe acerca de tu contenido o conducta, es muy probable que cancelemos tu cuenta", decía. Flickr actúa así cuando varios usuarios coinciden en denunciar que un contenido les ofende o lo consideran inapropiado. "Si no aplicas los filtros correctamente, es muy probable que otro miembro nos avise; de hecho, es por eso que hemos entrado en acción hoy. No te molestes, todos los miembros tienen derecho a informarnos si alguna vez se sienten incómodos. Tú también lo tienes", afirma el mismo email.
Las consecuencias han sido que hoy, sólo los miembros de Yahoo! que afirmen tener más de 18 años pueden acceder a la colección de Lamarde, y siempre con un aviso en la parte superior sobre su contenido. Los paseantes ocasionales, en lugar de publicidad del XIX, curiosidades de la guerra civil española o publicidad francesa de los años 50 se encuentran con una neblina blanca y negra. "No te apures. Ni es el humo que ciega tus ojos ni son tus cilios oculares regenerándose tras tanta nicotina. Es Flickr, que ha decidido restringir la vista de esta galería por su contenido ofensivo", bromea la coleccionista en su blog. La respuesta de la psicóloga tras este aviso consistió en revisar su colección, restringir las imágenes "que podían ser consideradas más eróticas" y solicitar una segunda revisión. Una máquina le respondió que según las bases de Flickr, las cuentas cuyos contenidos no pertenezcan al usuario pueden ser eliminadas.
La malagueña argumenta que en su caso no se trata de fotografías 'robadas' a terceros, sino de una labor de documentación en la que cada cartel se ha tratado de identificar y clasificar por época y artista, y que en muchos casos los derechos han caducado. Cree que más bien el conservadurismo norteamericano que tantas veces ha sido criticado en Flickr ha considerado su cuenta como una apología del tabaco no apta para menores. "Soy psicóloga y puedo afirmar que este tipo de publicidad no incita a los menores al consumo, a diferencia de la actual, porque no presenta modelos de conducta", explica Lamarde, que precisamente trabaja con menores en riesgo de exclusión y de caer en dependencias.
Le molesta especialmente el hecho de que "sólo porque mucha gente lo diga te tratan como si tu material fuera ofensivo", y exige una revisión hecha por humanos en lugar de "hablar con máquinas". Algunos carteles son incluso antitabaco, y no utiliza una cuenta gratuita, sino que paga a Flickr por sus servicios 25 dólares al año. Preguntados por soitu.es, representantes de Yahoo! España se han limitado a remitir a las normas de la comunidad, "que incluyen" los argumentos utilizados en los correos informativos enviados a la usuaria.
Lamarde comenzó su colección cuando decidió dejar de fumar. "Me apoyé mucho en internet y en los foros, y comencé a coleccionar. Al final me olvidé del tabaco pero me quedó el coleccionismo", cuenta. Lo que le atrajo fue el cambio sucedido en la publicidad del tabaco, que un día fue tratada por multitud de artistas y que tanto ha cambiado. Hoy, con casi 1.400 obras recopiladas y apariciones en todo tipo de medios —desde La Repubblica a Boing Boing—, la psicóloga está preocupada por la posibilidad de perder un hobby al que ha dedicado muchas horas de trabajo. Sabe que podría cambiar de sistema de alojamiento, pero no quiere quedarse sin muchos comentarios recibidos y cientos de enlaces.
No es la primera vez que Flickr —que comenzó como una página independiente y que heredó de aquellos tiempos una fuerte comunidad— es cuestionada por su política censora, generalmente en casos de desnudos, pero también por asuntos que nada tienen que ver con la anatomía humana. La propia página está llena de protestas y algunos fotógrafos amateurs y aficionados han acabado abandonando en protesta por la situación.
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