Cómo es posible que Zapatero lleve cuatro años gobernando y quiera parecerse a alguien que acaba de empezar. Ambos han vendido su modernidad frente a sus alcanforados adversarios y arrancado sus mandatos con gestos de radicalismo democrático tan efectistas como salir de Irak. Busca, compara y si encuentras algo mejor, cómpralo.
Altos, rozando el 1,90 m, delgados, con buena planta y nacidos un 4 de agosto. En el año 1960 y en Valladolid, Zapatero y en 1961, Obama en Honolulú. Ambos estudiaron Derecho, el norteamericano en Columbia y el español en León y han impartido clases de derecho Constitucional durante una etapa de su vida. Zapatero fue profesor entre el 83 y el 86 en la universidad de León y Obama entre 1992 y 2004 en la universidad de Chicago.
Tanto Michelle como Sonsoles también se licenciaron en leyes y conocieron a los que hoy son sus maridos en ese ambiente repleto de enmiendas y juzgados. El flechazo entre el matrimonio presidencial patrio surgió al amparo de los pasillos universitarios mientras que el de la pareja estadounidense se produjo en el bufete de abogados en el que ambos trabajaban, Sidley Austin, donde Michelle Robinson fue asignada su consejera. Quizás los poemas de Borges que los dos declaran haber devorado, contribuyeron a calentar los idilios.
La pasión por el baloncesto también es un elemento común en la intersección del conjunto A (Zapatero) y el conjunto B (Obama). Les sube la adrenalina el tiro a canasta y les gusta tanto practicarlo como asistir a los partidos como espectadores. En el año 2005, el presidente español se lesionó jugando durante sus vacaciones en Lanzarote. Y Barack fue campeón estatal con el equipo de baloncesto de la Punahou High School de Hawaii en 1979.
Las coincidencias personales de los dos líderes, uno mundial y el otro local pero poderosos a distintas escalas, no han pasado desapercibidas ni a Zapatero ni a su equipo. El presidente español ha aprovechado para ir soltando los detalles que les unen como si fueran las miguitas con las que Hansel y Gretel marcaban el camino para no perderse. Su equipo también ha contribuido a transmitir el paralelismo, que con un buen guionista de Hollywood podrían llegar a la gran pantalla. El problema es que el resultado, el mensaje que ha calado es que Zapatero quiere parecerse a Obama desesperadamente cuando existe otra lectura: es Obama el que se asemeja a ZP. Más rentable, pero también más complicada de explicar sin provocar hilarantes comentarios. No hay que olvidar que el país que le ha tocado en suerte al líder socialista es experto en cachondearse del prójimo, y más si el sujeto es un político.
Sin embargo, algunos ministros y altos cargos socialistas ya están trabajando para que cale la idea de que es Obama el que se inspira en ZP. Miquel Sebastian lo sugería abiertamente en Público: "El plan de Obama tiene una especial relevancia para España en un doble sentido. Refrenda la política económica que se ha puesto en marcha ya en nuestro país para hacer frente a la crisis. En España también se ha llevado a cabo una devolución de 400 euros a los contribuyentes, se ha rebajado el Impuesto de Sociedades y se ha eliminado el Impuesto de Patrimonio". Leire Pajín tampoco tardó en hallar similitudes entre la retirada de las tropas de Irak, la apuesta por la investigación y la deducción de 500 dólares, promesa electoral de Obama que algunos insignes economistas no recomiendan materializar. Y hasta Cristina Garmendía está convencida de que su fe en las energías renovables les une.
La modernidad frente al anticuado Bush también fue una estrategia que le funcionó a Zapatero en la campaña electoral contra Rajoy. Y por supuesto, los gestos de "radicalismo democrático que ambos han usado al empezar a gobernar, como salir de Irak, cerrar Guantánamo, recorte fiscal, ley de matrimonio homosexual, investigación con células madre...", tal y como apunta un destacado miembro socialista. Fuegos artificiales para marcar la diferencia con su antecesor en el cargo. Medidas que se sitúan a años luz de la política precedente y que no suponen una sangría presupuestaría, con las que además se gana tiempo. Dan un respiro hasta que se puedan acometer otras cuestiones que requieren más inversión y una rentabilidad a más largo plazo como el cambio del modelo productivo o la sostenibilidad medioambiental.
"Igual que en su momento tocó parecerse a Blair -al que apodaban Bambi antes que a Zapatero en el partido laborista, allá por los años noventa- y luego a Sarkozy, ahora todos los políticos quieren ser como Obama" corrobora un destacado socialista. Los 'discurseros' tanto del PP como del PSOE se inspiran tanto en el nuevo presidente de EEUU que cada vez que Rajoy o Zapatero abren la boca resulta un copy/paste de las palabras que Barack ha pronunciado en los últimos meses. Aunque es el discurso de investidura el que parece haber calado más hondo en las brillantes neuronas de nuestros políticos. Gallardón y Nacho Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones, no ocultaban su alegría, el sábado pasado al acabar sus intervenciones en el foro Queremos, al ser comparado su mensaje con el de Obama. "Un hombre que ha conseguido transmitir ese entusiasmo a tantos millones de personas es un referente, alguien en quien inspirarse". Zapatero no dudó en usar el mismo speech en el programa "Tengo una pregunta" pidiendo el compromiso de la ciudadanía y apelando a la responsabilidad hístorica para salir de la crisis. Viva Obama.
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