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Un ZP obamizado y serio se examina ante la audiencia en 'Tengo una pregunta'

Por PILAR PORTERO (SOITU.ES)
Actualizado 26-01-2009 17:26 CET

Un cruce entre Obama y un misionero. En modo 'serio', muy entrenado para encajar en torno al 70% de preguntas sobre el paro y la crisis, vendiendo un Gobierno activo y modulando su connatural optimismo. Así adivinan los analistas la comparecencia televisiva del presidente.

"¿Engañó usted a los españoles para ganar las elecciones al ocultar una crisis que ya estaba enseñando la cara?". Una pregunta así o similar le caerá a José Luis Rodríguez Zapatero entre las cerca de 50 cuestiones que tendrá que responder esta noche para una audiencia prevista de más de 10 millones de televidentes ávidos de saber si pueden o no confiar en que este presidente podrá sacarles de la crisis. "Está claro que va a reconocer que el Gobierno no lo vio pero tiene una excusa perfecta. Alegará en su descargo que ningún partido político, ni otro gobierno del mundo, ni los organismos internacionales, ni los servicios de estudios, ni los gurús económicos, se percataron del perverso rumbo que estaba tomando la economía", apunta un asesor cercano a Moncloa. Que Zapatero está obligado a resultar más humilde que altanero es una obviedad. Porque además él y su equipo tienen localizado el principal error que cometió en su primera vez ante los ciudadanos, el 27 de marzo de 2007. "Entonces todo le iba bien y pensó que ésa era la situación de todos los españoles, pero entre los entrevistadores surgieron algunos a los que las cosas les iban francamente mal".

En esa ocasión, su intervención fue predominantemente macroeconómica, apabullando con cifras, vendiendo su gestión a base de datos positivos, acorde con el momento de euforia que se vivía. Ahora, sin embargo, el escenario ha cambiado de forma radical. Ya no brilla el sol, que diría Obama sino que el programa se realiza "en medio de nubarrones y furiosas tormentas", usando las palabras del discurso de investidura del presidente norteamericano. "En la actual coyuntura, hay que medir mucho tanto el pesimismo como el optimismo. Se trata de generar confianza y así como demasiado optimismo puede ser interpretado como que el presidente está fuera de la realidad, de que no se entera, lo contrario transmitiría la idea de que alguien que ve todo tan negro no está preparado para sacarnos de la crisis", razona un ilustre diputado socialista.

La obsesión de Zapatero por su talante optimista habrá que encauzarla. No procede untar con un barniz brillante el horizonte. Bastante erosionó su imagen la negativa a reconocer la crisis cuando ya era inevitable. "Directa e indirectamente, todas las preguntas conducirán a la economía. Alguien sacará el tema del problema de la vivienda o algún joven querrá saber para qué va a estudiar una carrera si luego no podrá encontrar trabajo", asegura el asesor. El caso de espionaje en la Comunidad de Madrid, la educación para la Ciudadanía o el desarrollo de la ley de dependencia serán, entre otros, temas que surgirán. Lo que toca, por su parte, es mostrar una actitud como de misionero de la política, entregado a proteger a los sectores más expuestos y a los más débiles. "Va a machacar con que el Gobierno es muy activo en política social y que se lo puede permitir gracias a que en su gestión anterior fue prudente y acumuló superávit".

Su tono será serio y contenido. El propio Obama, el hombre que se ha convertido en referente para la mayoría de la clase política, usó ese tono el pasado 20 de enero, alejado de entusiasmos exagerados. Zapatero seguirá el ejemplo. Cuando millones de españoles preocupados están pendientes de lo que digas y cómo lo digas, no hay margen para bromas. Lo tiene muy estudiado con el equipo liderado por Miguel Barroso, ex secretario de estado de comunicación antes de casarse con Carmen Chacón, recién nombrado consejero delegado de la agencia de publicidad Young & Rubicam Madrid, y José Miguel Contreras, director de La Sexta. Con ambos ha preparado sus grandes citas televisivas. José Enrique Serrano, el jefe de su gabinete, ha trabajado en el contenido con todo su equipo. También ha contado con la colaboración de la oficina económica del Gobierno y Solbes. El mensaje de que la responsabilidad individual y el trabajo duro son la contribución necesaria de los ciudadanos a esta crisis, se lanzará seguro. Es el eco de Obama, el guía espiritual de la mayoría de los presidentes.

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