Lima.- El Gobierno peruano devolvió hoy a una delegación iraquí tres tablillas mesopotámicas de escritura cuneiforme datadas de hace más de tres milenios e incautadas hace casi un año en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima.
El acto de entrega fue protagonizado por la jefa del Instituto de Antigüedades de Irak, Amira Edan Halihal, a la cabeza de una delegación de tres funcionarios iraquíes, y la directora del Instituto Nacional de Cultura (INC) peruano, Cecilia Bákula.
Halahil aclaró que las piezas no pertenecen al tristemente célebre Museo de Bagdad, saqueado en abril de 2003, en los días posteriores a la invasión del país por tropas norteamericanas, un museo que ha recuperado sólo 5.000 de las 15.000 piezas entonces robadas, precisó.
Las tres tablillas devueltas hoy por Perú "son parte del pillaje diario que sufren los distintos sitios arqueológicos de Irak, especialmente en el sur del país", explicó Halahil en rueda de prensa.
Aunque las tres tablillas de arcilla están muy dañadas, se ha podido datar dos de ellas en torno al final del III milenio antes de Cristo, y la tercera de mediados del II milenio antes de Cristo.
Una de las tres pertenece casi con toda seguridad a las ruinas de la ciudad de Babilonia, al sur de Bagdad, y otra procede de la región de Diyala, en el sureste del país.
Halahil consideró que el acto de entrega de las tablillas "representa una victoria para los países que pierden patrimonio, una victoria contra todos aquellos que se dedican a la expoliación y el saqueo".
Según ella, varios países árabes, más Turquía y próximamente España, han protagonizado actos similares de entrega de piezas arqueológicas a las autoridades iraquíes.
Bákula dijo que las tablillas con signos cuneiformes estaban destinadas al mercado estadounidense y por alguna razón despertaron las sospechas de los aduaneros y de los técnicos del INC en el aeropuerto limeño, aunque aclaró que no pudieron realizarse detenciones.
El hecho de que esas tablillas mesopotámicas se encontraran en Perú (junto a un cargamento de monedas históricas peruanas) lo atribuyó a que Perú es simplemente parte de un circuito de las mafias, que lo usan como país de tránsito de contrabando arqueológico.
Bákula mostró su satisfacción por que puedan realizarse entregas como ésta, pues, como dijo a su colega árabe, "perder patrimonio cultural es de algún modo como perder un hijo".
Al término de la ceremonia, Bákula invitó a su colega a tomar un vaso de Inka Kola, un refresco de gaseosa convertido en símbolo nacional peruano y que la iraquí pudo saborear sin problemas por ser bebida lícita, sin una gota de alcohol.
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