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La financiación de Hamás: realidades, mitos y otras cosas que se cuentan

  • Las vías de financiación de la organización que gobierna en Gaza siguen siendo un misterio
  • El principal sospechoso es Irán, pero las cifras bailan de unos acusadores a otros
  • La caridad exterior está en el punto de mira, pero los expertos creen que hay algo más
Por EUGENIA REDONDO (SOITU.ES)
Actualizado 29-01-2009 09:08 CET

La reconstrucción de Gaza ya está en marcha y tiene un gran protagonista: Hamás. Frente al objetivo de la ofensiva militar israelí de aniquilar a la organización islamista, estos han salido algo crecidos. Así, Hamás ha ofrecido cuantiosas compensaciones económicas a aquellos que han perdido a algún familiar o se quedaron sin casa durante los bombardeos y los ataques por tierra. La pregunta que ronda en muchas cabezas es cómo lo harán. En una región tan derruida como baldía, resulta increíble que Hamás cuente con los recursos económicos suficientes como para liderar la restauración de las infraestructuras en Gaza, más, teniendo en cuenta los esfuerzos de Israel y Estados Unidos por asfixiar económicamente a la organización, y por ende, al resto de los habitantes de la franja. La información que se conoce al respecto es vaga y confusa, y nos lleva inevitablemente a referirnos tópicamente a las "fuentes secretas de financiación de Hamás".

Prueba de esto es el último informe del Departamento de Estado de Estados UnidosBackground information on Designated Foreing Terrorist Organizations (.pdf), del 18 de enero de 2009— que analiza escuetamente el origen de las fuentes de financiación de Hamás. "Recibe fondos de los expatriados palestinos, Irán y benefactores particulares de Arabia Saudí y el resto de estados árabes moderados. Algunos recaudadores de fondos y actividades propagandísticas tienen lugar en Europa occidental y Norteamérica", se asegura en el texto. Estas tímidas informaciones no convencen a todos.

Najib Abu Warda es palestino y catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. En su opinión, se habla con mucha ligereza sobre las fuentes de financiación de Hamás, pero "no hay datos fidedignos para saber con certeza de dónde viene este dinero". Según él, "es evidente que alguien financia, pero ningún país lo reconoce". Ni siquiera el Council on Foreing Relations (CFR), un poderoso think tank estadounidense que ha asesorado al Gobierno en materia exterior en muchas ocasiones, es capaz de concretar. Eso sí, el nombre de Irán aparece una y otra vez en sus informes.

Irán, el eterno acusado

Tanto Estados Unidos como Israel defienden a capa y espada que Irán está involucrado de alguna forma en las actividades de Hamás. El CFR habla de un "apoyo importante" por parte del país persa que algunos diplomáticos cifran de "20 a 30 millones de dólares anuales". En la misma línea, el Departamento de Estado presentó un informe en el Congreso de Estados Unidos (.pdf) tan sólo unos días después del triunfo de Hamás en las legislativas de 2006, en el que se sostiene que "a finales de los ochenta el 10% de la financiación de Hamás venía de Irán". Sin embargo, a la hora de establecer la ayuda exterior recibida por el grupo, hace referencia a las donaciones externas —incluidas las de Irán— recibidas por la Autoridad Nacional Palestina, en manos de Al Fatah. Aunque Hamás no tiene acceso a estas ayudas debido al bloqueo exterior, Estados Unidos exigió al Gobierno palestino que devolviera 50 millones de dólares recibidos entre 2005 y 2006 para evitar que cayeran en sus manos.

Abu Warda no niega el apoyo de Irán a Hamás, pero lo pone en duda, debido a que ambos "no coinciden en sus planteamientos ideológicos". En su opinión, "se entiende más" que Irán preste su apoyo a Hezbolá que a Hamás, ya que sus fundamentos, tanto políticos como religiosos —Irán es chií y Hamás suní— son radicalmente distintos. "Es más posible que el apoyo venga de países basados más en el fundamentalismo religioso como son Arabia Saudi o el Golfo Pérsico, que aunque son más afines a Estados Unidos, ideológicamente comulgan más con Hamás", señala el catedrático, no sin antes puntualizar que esta ayuda "no tiene por qué venir de los estados directamente", sino que puede canalizarse a través de "fundaciones, asociaciones o bancos".

La financiación privada y la tradicional (y controvertida) limosna

Precisamente estas contribuciones privadas y la Dawa, la tradicional limosna del mundo musulmán, son las segundas en discordia en la misteriosa historia de la financiación de Hamás. Según el CFR, "históricamente, gran parte de la financiación de Hamás proviene de los expatriados palestinos y de los donantes privados en Arabia Saudí y otros productores de petróleo del Golfo Pérsico". De hecho, de auspiciar a estas organizaciones que acaban por transferir dinero a Hamás no se libra ningún país de acuerdo con el CFR. El influyente think tank asegura que muchas organizaciones benéficas de Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental están relacionadas con estas actividades. Tanto es así que en diciembre de 2001, la administración Bush confiscó los activos de la Holy Land Foundation, la mayor organización de caridad musulmanas en los Estados Unidos, por sospechas de que estaba financiando a Hamás. La política adoptada a partir de 2006 ha puesto a estas organizaciones en el ojo del huracán, limitando sus actuaciones, y siendo confiscados muchos de sus fondos considerados como sospechosos.

Pero no hay que olvidarse de la ayuda humanitaria. De hecho, la organización GlobalSecurity.org, que realiza análisis sobre temas de defensa en Estados Unidos, recuerda que gran parte de la recaudación de Hamás —que ellos estiman en 50 millones de dólares anuales hasta 2006— se explica en su "reputación como institución de caridad" ya que, de hecho, la mitad de las actividades de Hamás tienen fines civiles, tales como la construcción de infraestructuras. "Muchos palestinos consideran a Hamás como una organización caritativa que construye escuelas, hospitales y carreteras en aquellos lugares donde la Autoridad Palestina ha fracasado", recuerda la organización en un análisis sobre el grupo islamista palestino. ¿Cómo llega este dinero hasta manos de Hamás? Según GlobalSecurity.org los fondos se transfieren a través de transferencias bancarias, casas de cambio, servicios de dinero privado, redes no oficiales para la transferencia de fondos e "inocentes" asistencias, todo un complejo entramado que la organización resume denominándolo el "ámbito de acción de la Dawa".

Para Abu Warda, tiene que haber algo más, ya que la Dawa "es una parte muy insignificante" del presupuesto con el que cuenta Hamás . "La gente suele mandar dinero a fundaciones de carácter social o a sus mismo familiares directamente", explica el experto, aclarando que no hay constancia de que exista "un fondo común del que Hamás pueda disponer" que provenga de donantes particulares en el exterior. Según él, debe de haber "países que financien directamente a Hamás por algún motivo".

Los vecinos conflictivos: Siria y Líbano

Estados Unidos e Israel no citan a los países del entorno más cercano como posibles mecenas de Hamás —sus nombres aparecen más ligados a la milicia libanesa, Hezbolá—, sin embargo, ni Siria ni el Líbano han podido evitar que la sombra de la sospecha planee sobre sus territorios. Globalsecurity.org se moja asegurando que "el Gobierno de Siria permite a los dirigentes de Hamás y a sus comandantes llevar a cabo diversas actividades en su territorio, incluida la formulación de la estrategia operacional de Hamás, la formación de terroristas, la financiación de actividades terroristas contra Israel y la asistencia en la compra de armas y municiones". El experto consultado vuelve a mostrar su escepticismo. Si bien no niega el apoyo de Irán, la opción de Siria se le antoja más descabellada. "El sistema de Siria es más bien panarabista, contrario al islamismo", explica comparando el sistema del país árabe con el antiguo régimen iraquí basado en los países baazistas, contrarios a basar la política en fundamentos religiosos radicales.

¿Qué pinta Venezuela en todo esto?

El informe que se presentó al Congreso estadounidense después de que Hamás ganara las legislativas de 2006 señala que hay "informes" que "sugieren" que las autoridades de Hamás "podrían buscar ayuda de Brasil, Argentina, Venezuela o Bolivia". Entre todos estos nombres, Venezuela ha vuelto a sonar con fuerza estos días después de la controvertida decisión de expulsar al embajador israelí del país caribeño. "En opinión de la mayoría de los palestinos, no sólo los partidarios de Hamás, Venezuela ha hecho bien expulsando al embajador y rompiendo lazos diplomáticos con un país que ejerce la violencia de Estado. Pero estas actuaciones no significan que el estado venezolano apoye a Hamás", sostiene Abu Warda. Entre otras cosas, el catedrático palestino opina que acusar a Venezuela de financiar a Hamás "no tiene mucho sentido ideológicamente" ya que el único fundamento que hay para hacerlo es por la teoría del "enemigo común".

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